Ezra Pound: de la poesía al teatro

 

Ezra Pound es considerado por muchos otros poetas y narradores como uno de los más sobresalientes escritores del siglo XX, pues pareciera que sus versos son la culminación de la semilla que plantó la generación anterior a él encabezada por Walt Whitman. En México, el mismo Xavier Villaurrutia lo mencionó dentro de sus recomendaciones de poesía estadounidense.

Es bien sabido por muchos que Ezra Pound tuvo una personalidad problemática sobre todo en cuestiones políticas. Sin embargo, su obra poética, principalmente, lo hizo resurgir de entre las cenizas después de ser encarcelado y recluido en un sanatorio mental. Esta afirmación se sustenta en su prolífica poesía y su encendida pasión por la creación poética, es decir, por todo lo que implicaba la creación y el estudio literario.

Los Cantos son quizá la obra más importante y de la que más teóricos hablan, no obstante, resultaría injusto no rescatar también la serie de disertaciones que Pound realizó sobre la literatura en general, en especial, por el teatro. Un joven Ezra, de apenas 25 años, ya realizaba ciertos paralelismos entre literatura de su idioma y el español en un ensayo intitulado La calidad de Lope de Vega.

¿Qué es poesía? ¿Qué es teatro?

Para Ezra Pound en el ensayo mencionado hace unas ingenuas, aunque acertadas, observaciones. Él comienza por hacer saber al lector cuál es el medio con el que funciona una y otra creación. Las palabras son, sin más, el medio para la poesía, mientras que la representación (la interacción de hombres y mujeres) es el del teatro.

Para muchos la afirmación anterior parecería un obviedad hasta que caemos en cuenta que, en los tiempos de Lope de Vega, de William Shakespeare o de Calderón de la Barca, la poesía era parte fundamental en los diálogos de las obras de teatro. Ante ello Pound responde que la diferencia entre la poesía y el verso como parte de los diálogos de una obra reside en el acto de la percepción:

La poesía también se presenta a un número de individuos, pero puede llamar a cada uno en privado, seriatim. El drama tiene que llamar a un número de individuos simultáneamente. Esto no requiere ninguna diferencia esencial en los temas tratados, pero puede requerir una diferencia muy grande en el modo de presentarlos.[1]

Parece, entonces, que es la intimidad de la poesía lo que la diferencia del carácter colectivo de la representación, por lo tanto, Pound asegura que el fin último de una obra de teatro es mantener entretenido al público mediante ciertos trucos, mecánicos o ingeniosos, que se hallan dentro de la estructura misma de la obra.

Asimismo, la poesía tiene sus trucos como lo es la rima. Ésta es, según el autor estadounidense, equiparable a las escenas ya que la repetición crea la misma “expectación” en el lector que la sintaxis de las escenas dramáticas. Una vez hechas estas aclaraciones, Ezra Pound procede a analizar obras de Lope de Vega y de William Shakespeare y, cual competencia, el joven estadounidense arroja argumentos para demostrar la superioridad de uno. Ante ello el ganador es el español Lope de Vega de quien se menciona lo siguiente:

No es, en absoluto, sorprendente que, en 1647, apareciera un Credo, que empezaba: «Creo en Lope de Vega, el todopoderoso, el poeta de cielo y tierra»; lo maravilloso es que la Inquisición consiguiera suprimirlo.[2]

Finalmente, podemos decir que un valiente Ezra Pound quiso poner a prueba aquello que vuelven canon y dentro de sus disertaciones logró poner sobre la mesa el talento, con sus debidas distancias, de lo que suele ser el canon indiscutible y el canon solo por ser “pionero” en una lengua.

 

[1] Pound, Ezra, La calidad de Lope de Vega, tomado de: http://www.cervantesvirtual.com/portales/lope_de_vega/obra/la-calidad-de-lope-de-vega-930349/

[2] Ibíd

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