La vida es sueño de Pedro Calderón de la Barca: un acercamiento al teatro barroco

Sin duda, una de las obras más importantes de la literatura y el teatro del habla hispana es La vida es sueño de Pedro Calderón de la Barca. Esta obra fue publicada en 1636 y es parte de una extensa producción del autor, quien escribió alrededor de ciento diez obras (comedias y dramas) y ochenta autosacramentales (a los que dio fama), loas y entremeses. También realizó libretos para composiciones musicales, zarzuelas y poemas.

Calderón de la Barca perteneció al llamado Siglo de Oro español, por lo que el español que utilizó en sus obras contenía los adornos propios del barroco, cercano al culteranismo de Góngora. En su aniversario luctuoso, revisaremos algunos detalles relevantes de una de sus obras más importantes.

El teatro barroco

En el teatro barroco existían tres categorías diferentes: religioso, cortesano y popular. Las obras eran representadas en corrales, que solían ser patios rodeados de casas. La mayoría de las representaciones eran comedias o un híbrido entre este género y la tragedia.

Los personajes del teatro barroco adquieren complejidad, matices y vacilaciones y poco a poco se van alejando de ser simples y rectos, pero también se conservan algunos modelos de los personajes tipo: el gracioso, el galán, la dama, la criada, entre otros. La estructura de las obras constaba de 3 actos o jornadas. En el primer entreacto se representaba un entremés y los temas que se trataban eran el amor, el honor, la religión, la filosofía, etcétera.[1]

Podemos considerar dentro de las características principales del teatro barroco el uso de la métrica, es decir, es un teatro escrito en verso y que posee  las tres unidades del teatro clásico griego: unidad, acción y tiempo. Además, conviven en las obras cantos populares y bailes, así como lírica, entre los que se mezcla tanto lo culto como lo popular.

El teatro de Calderón de la Barca se centró en el uso frecuente de metáforas, hipérboles, entre otras figuras retóricas. En sus obras trató temas filosóficos,  como la libertad, la condición humana, la desigualdad, lo efímero de la vida y el sentido de la existencia.

Sobre La vida es sueño

Al inicio de la obra somos introducidos en el espacio-tiempo de la misma y se nos presentan los personajes. Se desarrolla en la torre de Segismundo y en la primera escena nos presentan la llegada de Rosaura y Clarín a la misma. Así, conocemos el conflicto de ambos: Rosaura quiere recuperar su honor y Segismundo es el príncipe heredero a la corona que ha pasado toda su vida encerrado en una torre, cuestionando su existencia y lamentando su miseria.

En esta obra encontramos los personajes tipo que mencionábamos anteriormente: Segismundo es el príncipe, Clotaldo es el viejo, Estrella, la infanta; Clarín, el gracioso, Basilio, el Rey y Rosaura, la dama.

Los espacios en la obra son: La Torre-Prisión de Segismundo, que podría ser equivalente a la caverna de Platón, donde Segismundo sólo conoce oscuridad, el terreno salvaje, el desorden y la soledad. Es donde el príncipe se vuelve bestia. El palacio del rey Basilio, padre de Segismundo, que podría ser la representación de la civilización, el orden y la libertad. Dicho espacio representaría la salida de la caverna para Segismundo, lugar en el que este personaje se enfrenta a sí mismo y a la sociedad,  y donde tiene que aprender a comportarse como un hombre y dejar a un lado su condición de bestia.

Estos tópicos de los espacios dentro de la obra son, sin duda, muy interesantes, pero es la fuerza de los diálogos de los personajes de esta obra los que dejan impactados a más de un lector o, para quien haya tenido la fortuna de verla representada, espectador.

En la obra, el rey Basilio decide confinar a Segismundo en una torre debido a una profecía en la que se le advertía que su hijo se convertiría en un tirano y lo arrojaría del trono. Después de un tiempo, el rey decide probar la voluntad de su hijo y comprobar ese designio profético.  Lo lleva al palacio y, dependiendo de su carácter, Clotaldo, su guardia y mano derecha del rey le hará creer que todo se trató de un sueño.

Son los monólogos de Segismundo los que causan mayor desasosiego y reflexión para quien se acerca a la obra, dotados de figuras retóricas como el hipérbaton, la paradoja, la antítesis, la metáfora, entre otras. También existe una dicotomía de términos opuestos en el lenguaje: nacer- morir, libertad-prisión, luz-sombra, amor-odio, civilización-salvaje, humanidad-bestialidad, ilusión-verdad, vida-sueño.

En ellos también encontramos dudas filosóficas que atañen a todo ser humano, y en los que Calderón introduce un elemento moderno para la época: la idea del libre albedrío. En la obra se debate entre los designios del destino y la libertad de actuar. Asimismo, se cuestiona si el hombre es realmente libre de decidir su destino o si ya se nace con uno predeterminado.

Otro tema muy relevante es el referente a la existencia humana, que da nombre a la obra: la vida es sueño. A través de Segismundo, el lector/espectador puede cuestionarse si vivimos lo que soñamos o soñamos lo que queremos vivir.  

Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.[2]

Es esta idea el eje central de la obra. La vida es breve, efímera como un sueño, y las vanidades del mundo son ilusiones. La muerte iguala a los estratos sociales.

La vida es sueño es una reflexión sobre la brevedad de la existencia humana, un cuestionamiento y enfrentamiento a los dilemas filosóficos que han acompañado al hombre desde el principio de los tiempos. Esta obra es, determinantemente, una de las obras con más vigencia y valor a través de los años.

Autora: Bárbara Olguín

 

Referencias:

[1] Bouayache , Amina. Análisis de la obra La vida es sueño  de Pedro Calderón de la Barca. En: http://dspace.univ-tlemcen.dz/bitstream/112/11538/1/bouayache-amina.pdf

[2] Monólogo de Segismundo. Escena 19, Jornada 2. Calderón de la Barca, Pedro. La vida es sueño.

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