José Vasconcelos: más que sólo el paladín de la educación

 

Hace un tiempo en una librería del Centro Histórico tenían una mesa con libros en rebaja y en medio había un libro grande. Varias personas lo veían, tomaban, pero nadie de los presentes terminaba por comprarlo. Incluso un niño sumamente curioso le preguntó a su madre que quién era el señor de ese librote, refiriéndose al sujeto de la portada. La señora, tomó el libro y le respondió amablemente que era José Vasconcelos y añadió que fue uno de lo fundadores de la Secretaria de Educación Pública (SEP). Dicho comentario llamó mi atención pues, de entre todas las personas que estábamos en la librería, ella fue la única que pareció saber quién era y, sobre todo, la importancia de su labor.

Esa situación hizo que me planteara el papel que desempeñó Vasconcelos y su alcance. Asimismo, resulta triste que, pese a su relevancia, no sea un personaje fácilmente reconocible o interesante para el general de la población.

Por tal motivo, en el marco del aniversario de su natalicio, es oportuno realizar una breve semblanza del hombre que fue considerado el “apóstol de la educación”, quien replanteó la idea de lo americano desde una perspectiva filosófica y que, posteriormente pasó a ser un hombre ensimismado y un tanto agrio gracias a los infortunios y sinsabores que vivió a lo largo de su vida política.

José Vasconcelos Calderón

Para entender mejor el perfil de Vasconcelos, es necesario conocer un poco de su biografía ya que, tanto su contexto personal como histórico determinaron su importancia. José Vasconcelos Calderón nació en la ciudad de Oaxaca el 27 de febrero de 1882, en el seno de una familia acomodada, lo cual le brindó la oportunidad, no sólo de recibir una buena educación para la época, sino de poder estudiar tanto en escuelas nacionales en Piedras Negras, Coahuila como extranjeras en Eagle Pass, Texas.

Con los años, la familia Vasconcelos Calderón realizó diversos viajes a lo largo de la república, por lo que José también estudió en colegios de las ciudades de Toluca, Campeche y, finalmente, en la Ciudad de México, donde ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria (ENP) y posteriormente a la Escuela Nacional de Jurisprudencia para convertirse en abogado.

De esa manera, y gracias a los diversos colegios en los que estudio, Vasconcelos conoció diferentes formas educativas, y sin duda, la que mayor impacto tuvo en él fue la obtenida en la ENP, pues los lineamientos del positivismo de Comte y Spencer, que estaban en boga durante el Porfiriato, le despertaron inquietudes que desarrollaría más adelante.

Sus diversas estancias en el extranjero, tanto voluntarias como necesarias, hicieron que José Vasconcelos ampliara sus horizontes al conocer otras ciudades y, por tanto, enriqueció sus ideas dotándolas de nuevas perspectivas al nutrirlas con otras corrientes y posturas.

Asimismo, José Vasconcelos fue un hombre muy activo en la política nacional como se pudo observar en su clara inclinación al maderismo, posteriormente al carrancismo y su abierto apoyo a Álvaro Obregón, a quien acompañó en campaña y le escribió algunos de los discursos más elocuentes.

En este tenor, también se encuentra su postulación a la presidencia en 1929, evento que puede ser señalado como el inició de su amargura, pues su derrota fue un evidente fraude electoral, por lo cual Vasconcelos cortó tajantemente lazos con el entonces Partido Nacional Revolucionario (PNR) y decidió retirarse al exilio hasta 1940.

A su regreso al país, José Vasconcelos participó activamente en la fundación del Colegio Nacional y para 1953 fue considerado miembro de la Academia Mexicana de la Lengua gracias a su amplia obra que, para entonces, había realizado. Dentro de la que destaca La raza cósmica (1925), Ulises Criollo (1936), La Tormenta (1938) y El proconsulado (1939).

Tras haber amasado una vida de continuo cultivo intelectual, José Vasconcelos Calderón partió de este mundo el 30 de junio de 1959 no sin dejar un gran legado.

El apostolado educativo

Muy probablemente una de las principales razones por las que se recuerde a José Vasconcelos es por su notable interés y activa participación en la conformación de la educación nacional. Para él, la educación era uno de los principales pilares de cualquier nación y por ello, consideraba que el Estado estaba obligado a proporcionar dicho derecho a la población en general.

En este sentido, Vasconcelos creía firmemente que, con el triunfo de la lucha armada, el proyecto revolucionario se llevaría a cabo y con él, una de sus principales enmiendas: llevar la educación a todos.

En este punto, es necesario recordar que José Vasconcelos perteneció a una clase acomodada y ello le permitió gozar de una educación rica y diversa, así como conocer nuevas propuestas de conocimiento y formas de enseñanza. Ello ofrecía una idealización respecto a lo que debía ser y por eso, olvidaba lo que realmente sucedía, es decir, la reconfiguración del país.

Asimismo, es importante mencionar que dicha coyuntura nacional fue el momento perfecto para que José Vasconcelos desarrollara plenamente las ideas que había cosechado desde su participar en la creación del Ateneo de la Juventud. Por ello, fue nombrado rector de la Universidad Nacional donde su visión dio cabida al lema que nos identifica a todos los que nos formamos en la UNAM: Por mi raza hablará mi espíritu.

Presidente Álvaro Obregón (izquierda) y José Vasconcelos (derecha)

Dicha situación y experiencia, hizo posible que, durante el gobierno del entonces presidente Álvaro Obregón, Vasconcelos recibiera el apoyo necesario para realizar la reforma constitucional al Artículo 3º y, así, llevar a cabo la creación de la Secretaría de Educación Pública (SEP)[1] el 3 de octubre de 1921 y su nombramiento como secretario de educación 9 días después.

Vasconcelos encabezó y dirigió la SEP con tal compromiso que por ello la labor docente pasó de ser un simple trabajo a una labor de honor y entero compromiso a la patria, por lo que el número de profesores incrementó y con ello, fue necesario priorizar la profesionalización de la docencia.

Gracias al furor e interés general de la población por la educación, fue posible que Vasconcelos llevara a cabo el tan anhelado proyecto posrevolucionario de educación y desplegara campañas para combatir en analfabetismo en el país. Por esta razón, se enfocó en el desarrollo de escuelas tanto en ciudades como en zonas rurales, proyecto que se continuó cuando él ya no era la cabeza de la SEP.

De esta manera, Vasconcelos marcó la pauta de lo que se debía hacer y colocó un estándar muy alto de lo que los siguientes secretarios de educación debían perseguir y, claro, alcanzar.

Una nueva raza

Sin duda, José Vasconcelos es una de esas personalidades que, a lo largo del tiempo, se ha visto envuelto en una serie mitificaciones y su imagen se ha recubierto de un velo casi místico gracias a diferentes situaciones y circunstancias.

Una de ellas se debe a su pensamiento filosófico el cual es el resultado de la combinación de corrientes como la metafísica, el idealismo alemán, el misticismo y el cristianismo. Dicha situación desembocó en su postulado de La raza cósmica, que también es el homónimo de uno de sus libros, donde plantea la existencia de una nueva raza americana resultante del mestizaje de los pueblos indígenas mexicanos y de los españoles cristianos, haciendo énfasis en que dicha mezcla sólo contempla las mejores cualidades de ambos pueblos.

En este punto, resulta importante recordar que la primera mitad del siglo XX se caracterizó por una de las disputas ideológicas que ha repercutido hasta nuestros días, es decir, la legitimación del origen del pueblo mexicano entre la postura indigenista e hispanista.

Vasconcelos fue severamente tachado como promotor del hispanismo por hacer comentarios respecto a la exacerbación y romantización del mundo prehispánico en los murales que se hicieron en diferentes edificios y espacios educativos.

Sin embargo, al analizar las palabras del texto de Vasconcelos, lo que propone no es la exaltación de una y otra raza, por así decirlo, sino el reconocimiento del pueblo mexicano como la creación y concreción de algo nuevo y completamente diferente a lo demás, pues pese a ser americano, no era como los pueblos originarios de América del norte o de los Andes. Lo que había en México era el resultado de una raza mejorada: la raza de bronce.

En este sentido, resulta imposible no recordar ideas y postulados que se realizaron a finales del siglo XVIII por parte del sacerdote jesuita Francisco Xavier Clavijero que, en su afán de legitimar el honorable origen del pueblo mexicano, realizó una ardua investigación historiográfica para demostrarle a los europeos que México era único e igual o más valioso que muchos de los que lo desdeñaban.

Así, José Vasconcelos también realizó una labor, si bien no historiográfica, sí filosófica y con ella también pretendía engrandecer el sentimiento de “lo mexicano”.

 

Bibliografía

Secretaría de Educación Pública. (2015). Creación de la Secretaría de Educación Pública. Febrero 17, 2021, de Secretaría de Educación Pública Sitio web: https://www.gob.mx/sep/acciones-y-programas/historia-de-la-secretaria-de-educacion-publica-15650?state=published

Colegio Nacional. (2020). José Vasconcelos Ciencias Sociales y Humanidades Filósofo. Febrero 17,2021, de Colegio Nacional Sitio web: https://colnal.mx/integrantes/jose-vasconcelos/

López Mena, Sergio. (2020). José Vasconcelos. Biografía. Febrero 18, 2021, de Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes Sitio web: http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/jose-vasconcelos-biografia/html/ce7dfccc-a101-11e1-b1fb-00163ebf5e63_2.html

Averiguardor. (2020). José Vasconcelos Calderón. Febrero 18,2021, de Filosofía Org. Sitio web: http://www.filosofia.org/ave/001/a225.htm

Lemus, Rafael. (2010). Universópolis. Febrero 21, 2021, de Letras Libres Sitio web: https://www.letraslibres.com/mexico/iii-la-raza-cosmica

[1] Tomado de https://www.gob.mx/sep/acciones-y-programas/historia-de-la-secretaria-de-educacion-publica-15650?state=published

 

Déjanos tu comentario
Tags:

Tal vez pueda interesarte...