Schopenhauer y el punto medio

 

El pensamiento de Arthur Schopenhauer (1788-1860) le parecerá pesimista a quienes están acostumbrados a ver sólo el lado positivo de las cosas. Sin embargo, hay otra manera de entender sus postulados si consideramos el vaso medio lleno y, a pesar de que se le conozca en un primer acercamiento por considerar la vida como una mentira en constante desarrollo, percibo que existe una búsqueda firme de encontrar un equilibrio en la manera de vivir de los seres humanos.

La filosofía de Schopenhauer se encuentra vinculada desde un primer momento con el problema de la negatividad: el dolor del mundo, la miseria de la existencia y todo lo que en general cabe dentro del concepto de lo negativo, son el tema y el punto de arranque de su filosofía.[1]

Aunque cabe destacar que nunca niega la existencia de conceptos positivos, sino todo lo contrario; en el momento de hablar sobre dolor y sufrimiento, a la par está reafirmando la presencia de placer y dicha, pues lo negativo no puede existir sin lo positivo y viceversa. Arthur Schopenhauer no pretende ser luz ni oscuridad, sino sombra.

El filósofo alemán fue un gran lector de los principales exponentes del pensamiento occidental como Platón, Kant y Spinoza, además de introducirse a la sabiduría oriental como el budismo y el hinduismo. De entrada podemos decir que el conocimiento que brinda Schopenhauer es el punto medio entre la ideología occidental y oriental, ni fu ni fa.

En el libro El arte de ser feliz, el autor aborda el tema de la felicidad como si se tratara de una receta de cocina, proponiendo distintos pasos a seguir para quienes les interesa ser menos desdichados en esta vida. Habla acerca de tres caminos para conseguir dicha empresa, en los extremos se encuentra la opción de ser estoico o maquiavélico, mientras que como punto medio está el ser eudemonista.[2] 

Bajo este argumento, la vida se trata de encontrar la satisfacción personal en lo que somos y en todo lo que tenemos sin llegar a sacrificar de más y sin excederse en tratar de encontrar el bienestar individual en detrimento del sufrimiento de otros. Es decir, sólo hay que tomar lo que nos corresponde, no sobajarnos, pero tampoco sentirnos superiores, pues “la manera más segura de no llegar a ser muy infeliz es no querer ser muy feliz”.[3]

En su primera regla para alcanzar la felicidad, se debe tener en cuenta que todos los seres humanos tenemos la aspiración de vivir plenamente felices y que en el recorrido de nuestra vida lo que anhelamos más es cumplir con nuestros propósitos, sin embargo, tarde o temprano nos tenemos que hacer a la idea de que la realidad es otra.

Luego viene la experiencia y nos enseña que la felicidad y el goce son puras quimeras que nos muestran una ilusión en las lejanías, mientras que el sufrimiento y el dolor son reales, que se manifiestan a sí mismos inmediatamente sin necesitar la ilusión y la esperanza.[4]

Queda claro que lo que causa el sufrimiento no es la ausencia de felicidad, sino la fantasía de que en algún momento por arte de magia ésta pueda llegar. La desdicha está asegurada para quienes prefieran distanciar y reducir la felicidad a una ilusión, al lugar de las ideas o al nivel de la superestructura, en lugar de convertirla en una práctica constante de análisis y asimilación íntima de los límites de nuestra realidad material.  No hay nada fijo en la fugitiva vida, ni dolor infinito ni eterna alegría, ni permanente impresión, ni entusiasmo duradero, ni resolución elevada que subsista durante toda la vida. Todo se disuelve en el torrente de los años.[5]

La cita anterior es otro punto a favor para deducir la búsqueda del equilibrio en el pensamiento de Schopenhauer; el punto medio, la sobriedad y la prudencia, que no la mediocridad, son el mejor camino para que los seres humanos disfrutemos de una vida feliz, y depende de nuestras acciones el hecho de que los infortunios lleguen a nosotros. El equilibrio es trabajo de seres subjetivos y autónomos, la desdicha sólo es una consecuencia de nuestras propias debilidades.

Autor: Diego R. Hernández

[1] Schopenhauer, A. (2009). El mundo como voluntad y representación II. Editorial Trotta.

[2] Schopenhauer, A. (2021). El arte de ser feliz. Freeditorial. https://freeditorial.com/es/books/el-arte-de-ser-feliz/readonline

[3] Schopenhauer, A. (2021). Los dolores del mundo. Editorial sol90.

[4] Schopenhauer, A. (2021). El arte de ser feliz. Freeditorial. https://freeditorial.com/es/books/el-arte-de-ser-feliz/readonline

[5] Schopenhauer, A. (2021). Los dolores del mundo. Editorial sol90.

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