Quizás la respuesta a la pregunta del título sea de lo más fácil y obvia para algunos, pues lo primero que diríamos sería: comiendo. Lo cierto es que, a lo largo de este mes, podremos darnos cuenta cómo hay todo un discurso consciente o inconsciente de los participantes, comensales, cocineros y consumidores de contenido.

Entre mis recuerdos está la imagen de mi bisabuela escuchando los programas de la gran Chepina Peralta, una mujer que sin tener grandes estudios de gastronomía, locución o conducción, dio a conocer la necesidad de cualquier ama de casa por mantener regordetes y sanos a sus seres queridos. En sus programas podemos apreciar el amor que las madres de familia expresan mediante la comida a quien se sienta en su mesa, pues su tono familiar y lento nos hace saber que hay dedicación desde la selección de los ingredientes hasta la puesta en la mesa.

Asimismo, don Yuri de Gortari era esa voz del hombre sabio quien, de forma sencilla, combinaba un poco de historia, ingredientes y, por supuesto, técnicas. Él nunca perdió las ganas de enfatizar lo mexicano y sobre todo la forma en la que en las cocinas de cualquier hogar se prefiere o se acostumbra hacer los platillos. Paso a paso, don Yuri va explicando tales o cuales bondades de hacerlos de una u otra manera hasta que por fin es servido y presentado el gran plato.

De la receta a lo educativo

Posteriormente, comenzaron a surgir esos programas donde se pasaba de la receta a la búsqueda de la cultura y la visión de mundo a través de los lugares donde se sirven los platillos. Sin importar el formato, es decir, series con 10 capítulos o documentales de más de una hora, es indudable que esta nueva forma de concebir la gastronomía a través de su contexto no sólo nos mostraba la historia, sino como ésta se transformó y reinventó en nuevos platillos. Para encontrar este tipo de contenido sólo hace falta echarse un clavado a tu plataforma de streaming favorita, pero por hoy, les dejo un programa del pionero en este tipo de contenido.

El show y el placer de comer

Hemos pasado de las recetas a los “documentales”, pero no hay que dejar de lado el show. Siempre que hay una competencia existe la chispa de quién y por qué alguien ganaría un premio económico por cocinar. Programas como Iron Chef América, Master Chef (en cualquier versión) y algún otro de este tipo ponen al espectador al borde de su asiento para saber cómo es que su participante favorito es el más veloz en cortar una cebolla o preparar de forma exquisita un foie gras aunque no sepamos ni lo que sea o cómo se come.

Finalmente, las nuevas generaciones han hecho una mezcla bastante curiosa para seguir dándole vida al contenido culinario y gastronómico, donde personas que aman comer presentan esos lugares baratos, escondidos, pero deliciosos que se vuelven el “tenemos que ir ahí”. Exacto, me refiero a los Youtubers. Estos personajes que en menos de 20 minutos ya te ayudaron a imaginar lo que te estás perdiendo, pues no sólo es el sabor, sino la experiencia lo que quieren que vivas. Tacos de $1.50 afuera del metro, las gorditas más grandes de la ciudad o “los mejores” mariscos de todo el país serán algunos de los títulos que nos harán dar clic a ese video.

Ahora, iniciamos un mes con textos que elaboramos con mucho amor por la historia, la comida y, por supuesto, con mucha hambre.

Norma Aguilera

Escribiente que preferiría no hacerlo, lectora de lo ajeno y fanática de Bolaño.