De músico, poeta y loco, Tin Tan cumplía con todo

El 19 de septiembre de 1915, la Ciudad de México vio nacer a Germán Genaro Cipriano Gómez Valdés y Castillo, mejor conocido como Tin Tan, uno de los mejores cómicos, actores, bailarines, cantantes y críticos sociales del medio siglo XX mexicano. Respecto a su lugar de nacimiento, se ha generado polémica ya que algunos de sus biógrafos afirman que nació en Ciudad Juárez, Chihuahua, sin embargo, dicha confusión se generó debido a que su padre, Rafael Gómez Valdés Angelini, era Resguardo Aduanal y por ello cambiaban de residencia constantemente, por lo que parte de su infancia la pasó en dicha entidad, donde sí nació su hermano menor Manuel El Loco. De esta manera, Germán nació en una vecindad de la entonces Calzada Tlacopan, hoy avenida Hidalgo en la Colonia Guerrero, la que actualmente se conoce como el distinguido Hotel de Cortés[1].

Germán Valdés fue miembro de una familia de clase media, el segundo de nueve hermanos de los cuales tres, Ramón, Antonio y Manuel, también figuraron en la escena artística mexicana. Sin embargo, su gran carisma, destreza en el canto y baile, así como su facilidad de palabra, le abrieron las puertas rápidamente en el mundo artístico. Muestra de ello fue su debut en la Ciudad de México en 1940 donde se le bautizó e inmortalizó con el nombre que, hasta ahora, se le recuerda: Tin Tan.

Algunos estudiosos, como el buen Rafael Aviña, consideran que Tin Tan estaba adelantado a su tiempo, pues era un personaje completo y versátil que encaraba los papeles que se le asignaban con gran singularidad y sin perder en ningún momento su estilo característico. Asimismo, se considera que Tin Tan desde un inicio fue un personaje crítico quien, a lo largo de su carrera, no dejó pasar la oportunidad de hacer puntuales e incisivos comentarios respecto a la situación social mexicana, especialmente sobre la naciente y pujante clase media de la Ciudad de México de mediados de siglo XX, situación que le fue muy criticada a otros de sus contemporáneos como fue el caso de Cantinflas, quien comenzó como un personaje sumamente crítico y mordaz, pero que con el paso de los años se suavizó drásticamente hasta convertirse en una figura sumamente moral(ina).

En su haber, Tin Tan participó en más de 100 películas nacionales y extranjeras, además de los filmes para los que prestó su voz y personalidad, entre las que se encuentran: Calabacitas tiernas (ay, qué bonitas piernas), El Rey del Barrio, También de dolor se canta, Las aventuras de Pito Pérez, Los Aristogatos y El Libro de la Selva.

Pese a que la principal temática de las películas en las que participó se centraba en tópicos urbanos, también lo hizo en la imagen característica del pachuco la cual, y para el momento, no era bien vista, pues en cierta medida se consideraba que carecía de identidad y se le asociaba con la delincuencia; no obstante, Tin Tan, logró apropiarse del personaje para así convertirlo en el ícono que, hoy en día, se sigue representando en su memoria. Muestras de ello las encontramos en las personificaciones que han hecho las agrupaciones como La Maldita Vecindad y Los Hijos del Quinto Patio. 

Sin duda alguna, Tin Tan fue uno de los personajes más significativos de la farándula del cine nacional de mediados de siglo XX, lo cual le valió para conocer, cortejar e incluso, casarse en tres ocasiones. La primera con Micaela Martínez (1937-1948), la segunda con Micaela Vargas (1948-1955) y la tercera y definitiva con Rosalía Julián (1956-1973) con quienes procreó a 6 hijos. De esta manera, Tin Tan, tenía la fama de ser altamente coqueto no sólo con las mujeres que formaban parte del elenco de sus películas, también con las señoritas que eran parte del equipo de producción, motivo por el cual la fama de mujeriego se arraigó en su persona. Tal lo menciona la misma Yolanda Montes “Tongolele”, quien cuenta que durante la grabación de El Rey del Barrio, Tin Tan coqueteaba y galanteaba con ella a pesar de que sólo tenía 14 años de edad.        

Tras una larga trayectoria de 40 años y una larga lucha contra el cáncer de páncreas y la cirrosis hepática derivadas de la hepatitis, a las 8:50 horas del viernes 29 de junio de 1973, falleció uno de los más célebres e icónicos artistas que México ha visto en su historia[2]. Controvertido para unos, irreverente para otros, Tin Tan supo cómo colocarse en el gusto de la población mexicana, pues, en la actualidad si se realiza una encuesta sobre los ídolos del cine nacional, sin duda, su nombre aparece a la par del de Pedro Infante, Jorge Negrete y María Félix.  

De Germán a Tin Tan

Tin Tan, como es mejor conocido, también gozó de otros apelativos como “La Chiva”, “El Tropillo”, “El Pachuco Tropillo”, “El Tropillo Tapas”. Desde pequeño, demostró tener talento histriónico y carisma para interactuar y desenvolverse con los demás, por lo que, de cierta forma, no fue extraño entre sus conocidos su salto a la fama, pues su innata capacidad para cantar y hacer imitaciones de diversos personajes del momento (como la de Agustín Lara) le dieron la oportunidad de obtener un trabajo de locutor en la radiodifusora XEJ de Ciudad Juárez y, posteriormente, tener su propio programa: El barco de la ilusión.

De carácter fuerte, aunque amiguero, coqueto y galante, a principios de 1940 Tin Tan se unió a la compañía de Paco Miller cuando realizó presentaciones en Ciudad Juárez para hacer de sustituto de uno de sus comediantes. En ese entonces se le apodó El Pachuco Tropillo, pues personificaba al ícono de la frontera.

Tras su participación y gustarle al público, la compañía decidió llevarlo consigo a la Ciudad de México para que hiciera su presentación debut en el Teatro Iris con el ya famoso comediante Marcelo, sin embargo, su nombre no convencía del todo, por lo que el empresario Jorge Maulmer en compañía de Miller decidieron cambiar su nombre por Tin Tan, el cual sería puntero de una larga carreta exitosa.

En este sentido, se podría decir que la consagración de Tin Tan se debe a varios factores de los cuales destacan su imagen de pachuco, de la que se hablará más adelante, su gestualidad, así como su sagaz y picaresca manera de hablar, pues, aunque en ese momento ya se contaba con el singular personaje de Cantinflas, quien tenía una manera peculiar de hablar, Tin Tan rompía por completo con lo establecido gracias a su introducción de anglicismos en el español, por lo que dio a conocer de manera masiva el spanglish, uno de los rasgos distintivos de la población fronteriza y que Germán incorporaría como característica original del pachuco Tin Tan.

Gracias a las aptitudes antes mencionadas, Tin Tan fue contratado para trabajar en la estación XEW, escenario que lo dio a conocer no sólo en México, sino internacionalmente, pues para 1943 y 1944, respectivamente, tuvo sus primeras participaciones cinematográficas de soporte en el cortometraje mudo El que la traga, la paga donde interpretó a un vagabundo llamado La Chiva y después en Hotel de verano donde hizo intervenciones musicales ya con su personaje Tin Tan. Sin embargo, fue hasta 1945 cuando se le dio su primer papel protagónico en El hijo desobediente, largometraje dirigido por Humberto Gómez Landeros y coprotagonizado por Marga López, Delia Magaña y Marcelo.

En este punto, resulta importante recordar que gran parte de la producción cinematográfica en la que participó Tin Tan se realizó en un momento histórico único para México conocido como Época del Cine de Oro Mexicano entre los años 1940 y 1950. Dicho fenómeno se caracterizó por la amplia producción de películas mexicanas las cuales se proyectaban en México y eran exportadas a otros países como Estados Unidos y Europa, que se encontraban envueltos en el conflicto bélico de la Segunda Guerra Mundial, por lo tanto, sus industrias se volcaron completamente a la producción de armamento militar y, en el caso de la ya institución Hollywood, también dirigió su atención a producción de documentales referentes al enfrentamiento mundial. De esa manera, por un tiempo, México se convirtió en una potencia productora de filmes, llegando a producir más de 100 películas al año[3].

Gracias al incremento de la producción de películas, se dio la oportunidad de abordar nuevas temáticas, además del ya consagrado género ranchero que para ese entonces predominaba, dándole paso a los temas urbanos y fantásticos en las que se insertó Tin Tan como el pachuco lejos de la frontera que se adaptaba por completo a las dinámicas cosmopolitas de la Ciudad de México.

El pachuco de oro

Hablar de Tin Tan es sinónimo de hablar del pachuco. Para ello, es pertinente recordar qué es el pachuco o a qué se le llama así. El pachuco o pachuca es el término designado para el estereotipo de los mexicanos y mexicoamericanos que vivían en la zona fronteriza de Ciudad Juárez, Chihuahua y El Paso, Texas en la década de 1920, denominación que sustituía a la de chicano. Se desconoce el real significado de la palabra pachuco, pero en este texto se tomará la que parece más convincente, pues se dice que el origen de dicha palabra se debe a la contracción “los que van pa’l chuco”, donde “chuco” era la manera en la que los mexicanos se referían a El Paso.

Por otro lado, según el sociólogo, Manuel Valenzuela, los pachucos fueron una forma de resistencia sociocultural por parte de los mexicanos e hijos de mexicanos nacidos en Estados Unidos quienes eran abiertamente discriminados por estadounidenses que prohibían la entrada a algunos establecimientos a “perros, negros y mexicanos”[4].

Dicha situación generó un serio conflicto no sólo entre la población “blanca” y mexicana, sino de la población civil con las autoridades, motivo por el cual la comunidad mexicana buscó alternativas para defenderse y comunicarse como fue el surgimiento del spanglish, caló y argot pachuco, y un nuevo código vestimenta el cual se caracterizó por ser un zoot suit, es decir, traje de saco holgado hasta la rodilla y pantalones bombachos de pinzas ajustados tanto a la cintura como en el tobillo, sin olvidar el característico sombrero tipo italiano adornado con una pluma[5].  

De esta manera, el pachuco creó una barrera simbólica en la que buscaba diferenciarse de los demás, tanto de los mexicanos como de los estadounidenses, pero con la necesidad de crear una nueva identidad. En este sentido, Octavio Paz expresa sus consideraciones especiales respecto al pachuco como fenómeno, pues creía que, en primera instancia, era el enclave entre la cultura mexicana y estadounidense y lo dejó claro en El laberinto de la soledad:

El pachuco no quiere volver a su origen mexicano; tampoco -al menos en apariencia- desea fundirse a la vida norteamericana. Todo en él es impulso que se niega a sí mismo, nudo de contradicciones, enigma. Y el primer enigma es su nombre mismo: pachuco, vocablo de incierta filiación, que dice nada y dice todo. ¡Extraña palabra, que no tiene significado preciso y que, más exactamente, está cargada, como todas las creaciones populares, de una pluralidad de significados! Queramos o no, estos seres son mexicanos, uno de los extremos a que puede llegar el mexicano. [6]

Con estas palabras, Octavio Paz de cierta manera reafirmaba la mala estima que de los pachucos se tenía pues, para el momento, la rebeldía que mostraban era demasiada además de la falta de identidad y valores que debían tener. Aunado a lo anterior, algunas de las pandillas de delincuentes juveniles optaron por apropiarse de la vestimenta del pachucho, debido a lo cual se asumía que cualquier joven vestido de esa forma era un delincuente por lo que se le agregaban estigmas a la imagen establecida.

Ante lo anteriormente presentado, resulta normal cuestionarse por qué Tin Tan tomó prestada una imagen de la cual se tenía tan mala estima y que, para la sociedad de la época podría representar un símbolo de delincuencia. Sin embargo, Tin Tan, como pocos, logró tomar una figura conflictiva que generaba simpatía entre las clases populares, la suavizó y adaptó a una sociedad en transición, dotándola de valores como la honestidad, fraternidad, lealtad y compañerismo, es decir, la convirtió en una especie de Robin Hood[7] para mediados de siglo XX, lo cual se muestra evidente en la película de 1949, El Rey del Barrio.

Gracias a la apropiación y reinterpretación que Tin Tan hizo del pachuco de la cultura chicana, se colocó en el gusto nacional y extranjero. Asimismo, su manera de interpretarlo abrió una pequeña ventana a la existencia de las manifestaciones culturales que se presentaban en otras partes del país, como lo era la zona fronteriza, la cual, hasta el momento, parece ser una región completamente alejada.       

El cómico de boca grande…

Dentro de los múltiples apodos que Germán Valdés tuvo a lo largo de su vida, probablemente el que menos se conoce es el de “cómico de boca grande”. En este sentido, es normal considerar varios motivos del origen o motivo de dicho apelativo, pues es bien sabido que Tin Tan era un hombre altamente gestual, por lo que resultaría  obvio asumir que se refería a ello, sin embargo, existen otros motivos que se podrían considerar.

Tanto Germán como Tin Tan tenían caracteres extrovertidos y, gracias a ello, no escondían sus sentimientos ni lo que le parecía incorrecto, muestra de ello era su marcada postura política y su crítica abierta hacia la política mexicana, lo cual se visualiza mediante sus sutiles, pero punzantes comentarios respecto a la situación social de la época. Sin embargo, una de las mejores maneras de ejemplificarlo es cuando en 1948, en la película Calabacitas Tiernas, Tin Tan rompió la cuarta pared para interactuar directamente con el espectador y hacer referencia a las estafas de los empresarios que perjudican a los que menos tienen.

Misma situación ocurre en El Rey del Barrio donde, ebrio, en compañía de Marcelo, Tin Tan se dirige al espectador y declara “Mire nomás, cuánto ratero millonario anda por ahí suelto…” y, posteriormente, Marcelo, quien representaba a un policía, responde “…le doy permiso de robar”, con lo cual el discurso va encaminado a que las autoridades son conscientes de la corrupción que se ejerce en el país.

Otro motivo por el que Tin Tan pudo ser considerado el cómico de boca grande es porque no desaprovechaba momento en sus películas para mandar besos a sus compañeras de elenco. Si bien, nadie duda que Tin Tan era un hombre galante, pero no se creería que fue el actor que mayor cantidad de besos repartió entre las coestrellas, por encima de Pedro Infante, ya que, al menos, daba uno en cada una de las películas.

Por último, y no por ello menos importante, Tin Tan fue uno de los actores que Disney seleccionó para realizar el doblaje al español del oso Baloo en El libro de la selva (1967) y del gato Thomas O’Malley de Los aristogatos (1970). Para ambas películas se requirió a Tin Tan no sólo por su gran calidad vocal, sino por su personalidad y carisma, las cuales brindó a los dos personajes y que se convirtieron en otro referente para que se le inmortalizara y recordara hasta la actualidad.

Cabe destacar que hace unos años, Disney Latinoamérica lanzó el proyecto de remasterizar y actualizar las voces de sus películas clásicas para las nuevas generaciones, sin embargo, tanto el Libro de la selva como Los aristogatos no han sido editadas porque ello significaría perder una interpretación sin igual.     

Como se pudo apreciar a lo largo de este texto, se intentó realizar una remembranza, a vuelo de águila, de Germán Valdés y su transformación en Tin Tan, así como de su gran mérito de apropiación y reinterpretación del pachuco, motivo por el cual es recordado hasta nuestros días. Asimismo, es importante mencionar que con estas líneas sólo se mostró un panorama general tanto del hombre como del personaje el cual fue, es y será parte fundamental de la cultura nacional. Y como menciona el especialista Rafael Aviña, tanto el boom del cine mexicano como el nacimiento de Tin Tan se dieron a la par, sin embargo, también el ocaso de la cinematografía nacional se dio con la partida del Pachuco de Oro.

        

[1] Visto en https://relatosehistorias.mx/nuestras-historias/tin-tan

[2] Visto en https://www.eluniversal.com.mx/espectaculos/tin-tan-no-nos-dejo-nada-de-dinero-solo-amor#imagen-1

[3]Visto en  https://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/09/150919_mexico_cine_tin_tan_german_valdes_an

[4] Visto en https://expansion.mx/tendencias/2017/08/30/ya-llego-su-pachucote-la-subcultura-mexicana-que-se-niega-a-desaparecer

[5] Ibíd

[6] Octavio Paz, El laberinto de la soledad. P.16

[7] Visto en  https://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/09/150919_mexico_cine_tin_tan_german_valdes_an

Referencias   

Paz, Octavio. (1950). El laberinto de la soledad. México: Fondo de Cultura Económica.

https://elpais.com/cultura/2019/09/19/actualidad/1568886987_085655.html

https://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/09/150919_mexico_cine_tin_tan_german_valdes_an

https://www.eluniversal.com.mx/espectaculos/tin-tan-no-nos-dejo-nada-de-dinero-solo-amor#imagen-1

https://www.mexicodesconocido.com.mx/german-valdes-tin-tan-el-pachuco-de-oro.html

https://www.youtube.com/watch?v=sf74VL4iHHA

https://www.gob.mx/cultura/prensa/revelan-la-vida-privada-de-german-valdes-tin-tan-en-nuevo-libro-biografico

https://relatosehistorias.mx/nuestras-historias/tin-tan

https://www.youtube.com/watch?v=bQg5NafDuC0

https://expansion.mx/lifestyle/2014/09/19/8-datos-de-tin-tan-el-pachuco-de-oro-del-cine-mexicano

https://www.youtube.com/watch?v=dBR2A029bVg

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