La fotografía del siglo XIX en México y su paso a la imagen popular

Hoy en día, la fotografía se ha convertido en una de las herramientas más comunes y utilizadas por todos. Gracias a ella se puede  capturar momentos y, por supuesto, recuerdos. Esto se debe al fácil acceso que hay a las cámaras fotográficas, ya que desde niños hasta ancianos cuentan con una gracias a que se encuentran en los celulares, tabletas o computadoras, sin contar los equipos fotográficos tal cual. Sin embargo, no todo el tiempo fue así.

Para entender el actual y común fenómeno de la fotografía, es necesario conocer un poco sobre su historia y su llegada a México, cómo se popularizó y sus funciones en el país, ya que su invención fue en el siglo XIX y, aunque en esencia se sigue utilizando para lo mismo, vivimos en una era digital en la que algunos significados ya no son iguales.

De Francia a México…

Se considera que la primera fotografía de la historia la realizó Joseph Nicéphore Niépce en Francia en 1826, con base en un prototipo de cámara obscura que se conocía desde el Renacimiento. Esta imagen fue una impresión sencilla del patio de Joseph la cual no es muy nítida, pero fue el parteaguas y materialización del sueño de capturar el tiempo.

Joseph Nicéphore Niépce. Patio. 1826

Con el paso de los años, continuaron las mejoras en las técnicas para lograr capturar imágenes claras y de alta calidad hasta que, en 1839, Louis Daguerre consolidó la primera cámara fotográfica, de la cual obtuvo imágenes que en honor del creador se llamaron daguerrotipos. Dichas imágenes no se imprimían sobre papel, sino sobre cobre con una recubierta de plata, pero fue gracias a Henry Fox Talbot que el daguerrotipo evolucionó y logró plasmarse en un papel sensible a la luz.

Rápidamente se perfeccionó al daguerrotipo y al mismo tiempo su popularidad creía tanto en Francia como fuera de ella. Tal fue el caso de su llegada a México en 1839 (mismo año de su invención), la cual tuvo una gran recepción y acogida por parte de los mexicanos de ese entonces.

Fotografía en México siglo XIX
Puerto de Veracruz en 1839. Primera fotografía en México.

En este punto, se podría pensar que la fotografía sólo fue un invento más. Sin embargo, pasó a ser uno de los avances tecnológicos más importantes del siglo XIX, pues además de lograr captar imágenes de un momento específico casi al instante, en gran medida sustituyó a las pinturas de retratos monumentales distintivos del decimonónico mexicano gracias a la relación costo – beneficio. Es decir, la fotografía ofrecía un producto en formato portable considerablemente más accesible que mandar a hacer una pintura de retrato.

Francois Aubert. Catedral Metropolitana. 1865

De la función a la documentación

Al igual que en la actualidad, la fotografía del siglo XIX en México también cumplió el papel de herramienta documental para diferentes disciplinas, gracias a que facilitaba la identificación de personas, objetos y cosas. De esta manera se podría decir que la funcionalidad de la fotografía no ha cambiado mucho desde su surgimiento hasta hoy y en cierta forma es así.

Sin embargo, no hay que perder de vista que muchos de los significados que se asignan a las cosas, y en este caso a las fotografías antiguas, está relacionado con la actualidad, por lo que es importante tener cuidado con la manera de apreciar e interpretar estos documentos.

Ahora bien, sin perder de vista lo anterior, al regresar al tema central de este texto: la fotografía del siglo XIX en México ofrece una gran cantidad y variedad de fotografías que ayudan a conocer un poco de la época.  Desde la moda tanto en la vestimenta, la arquitectura y decoración hasta los diferentes estratos de la población y sus respectivas costumbres. Muestra de ello fue la sustitución de un género consolidado en las pinturas al óleo que sólo algunos podían pagar, es decir, los retratos tanto de personajes prominentes como de algo llamado “retratos de tipo populares”.

En la actualidad hablar sobre retratos suele ser algo sencillo y muy normal, ya que se tiene a la fotografía como común denominador, sin embargo, en el siglo XIX no era así. En primer lugar, porque en esa época los retratos denotaban estatus y por ello, sólo se retrataban personas que podrían costear los precios elevados de las pinturas. En segundo lugar se podría pensar en fotografías, pero de igual manera, aunque sus costos eran considerablemente más bajos y accesibles, no todos lograban acceder a ellas. Por tal motivo, resulta interesante encontrar fotografías que poco a poco destruyeron la barrera del estatus social que predominaba en el siglo decimonónico mexicano.

Fotografía en México siglo XIX
La familia imperial de la “Casa Habsburgo” Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, México.

Tipos populares  

Como se mencionó con anterioridad, los “retratos de tipos populares” fueron un género ampliamente explotado durante gran parte del siglo XIX e inicios del XX. Dichos retratos no sólo ayudaron a captar personas reales de aquel entonces, también evidenciaron la amplia brecha social y cultural que había en un México de constantes conflictos y cambios, en busca de consolidarse como una nación nueva y fuerte.

Quizá pueda parecer dramático exponerlo de esta manera, ya que el México decimonónico se distinguió por tener un parteaguas político, sin embargo, también tuvo un cisma sociocultural el cual se aprecia en las fotografías de este subgénero en especial. ¿Y por qué? Porque gracias a él se aprecian los contrastes típicos del momento como la vestimenta y oficios, así como su transición y, por supuesto, la consolidación de varios de los estereotipos que hasta la fecha se mantienen respecto a ciertos estratos sociales o lo mexicano.

Por último, cabe mencionar que estas fotografías no sólo fueron populares en México, también se popularizaron en diferentes partes del mundo gracias a que se consideraban una especie de recuerdos entre quienes visitaban el país, pues llamaba la atención que se retratara a personas comunes. De este modo, se facilitó que desde el exterior se crearan imágenes respecto a México, donde se asumía que todo el país se veía de esa manera, sin comprender el origen de esas imágenes.

Si bien nuestra percepción de la fotografía ha cambiado, es una realidad que no siempre somos conscientes de todo lo que una imagen puede captar. Desde un retrato individual, familiar e incluso una selfie, todo transmite un significado, por pequeño que sea y, sobre todo, son evidencia de un momento específico de la historia. 

Fotografía en México siglo XIX

Bibliografía

Déjanos tu comentario
Tags:

Tal vez pueda interesarte...