Guía del cinéfilo amateur: el sentido en el cine

En la guía del cinéfilo amateur ya revisamos la importancia de saber ver el cine en nuestros días y cuáles son los elementos que conforman el lenguaje cinematográfico y las formas del cine. Para seguir adelante, en este apartado daremos un breve recorrido a la conformación del sentido en el cine.

Para comenzar, podría resultarnos extraño detenernos y pensar cómo es que se genera el sentido en una película, pues lo más normal es dejarnos llevar por el efecto de encantamiento que provoca. Es, quizá, la naturalidad con la que se nos presenta una película que no reflexionamos lo que se nos presenta en la pantalla. Si recordamos las palabras de Christian Metz en la introducción de esta esta guía, traeremos al tema un postulado que no debemos dejar de lado al mirar una película: el cine es, en esencia, un discurso disfrazado de historia. Sin embargo, ¿cómo se estructura ese discurso y la historia? ¿Cuál es la correlación de ambos? Y, quizá más importante, ¿cómo recibimos este sentido nosotros como espectadores?

Pues bien, cuando estamos frente a una película somos espectadores de un conjunto de elementos que interactúan entre sí para brindarnos algo que ver y escuchar. En nuestro papel de espectadores, nosotros recibimos ese mensaje y logramos decodificarlo a partir de nuestra experiencia, lo que conocemos, escuchamos, miramos y percibimos: la lengua, la imagen, el sonido, entre otros.

Si vemos una escena de persecución, por ejemplo, la icónica secuencia del avión en North by Northwest (Con la muerte en los talones) de Alfred Hitchcock, notaremos una secuencia de imágenes alternadas entre el perseguido y el avión. También, notaremos la incredulidad del protagonista hasta que se percata de en realidad el avión sí quiere atacarlo. Es entonces que la cámara se posiciona frente al personaje con un plano americano que lo enfoca huyendo del avión sin dejar este último elemento fuera de la toma para mostrarnos cómo se acerca al personaje.

Como espectadores que miran por primera vez esta película, podríamos tomar la misma postura que el personaje y mostrarnos incrédulos ante la ofensiva de un avión. Pero cuando su ataque es insistente, no queda de otra que asumirnos vulnerables y espantados ante lo que puede ser la muerte. Esta secuencia de poco más de 3 minutos está plagada de cambios de encuadres, movimientos de cámara, sonido, narrativa y, sobre todo, significados. Incluso el cambio de postura ante el ataque del avión nos muestra cómo una sola secuencia puede albergar múltiples significados.

Si reconocemos los elementos propios del lenguaje cinematográfico, ¿cómo podemos entender que generen una obra? Pues bien, el conjunto de estos elementos logran generar secuencias como ésta y, a su vez, la unión de secuencias crean el largometraje en sí. Pero visto como un todo, esta afirmación terminaría por simplificar demasiado el trabajo del montaje o edición de una película.

Así pues, para hablar del sentido del cine es necesario reconocer la coherencia en el cine. En sus primeros textos dedicados al cine Serguéi Eisenstein mencionó que el montaje de una película consistía en la yuxtaposición de diferentes fragmentos de cinta para crear un nuevo fragmento con un significado propio. Después de eso, no faltaron las críticas que lo acusaban de no prestar atención al contenido de los fragmentos y, más bien, tomarlo como una decisión aleatoria.

Tiempo después en su ensayo “Palabra e imagen”, el director soviético apuntó a la importancia de las “partes de una película”, pues una obra como tal está conformada como un todo diferente a sus partes, las cuales, significan por si mismas. Esta unión de significados es la responsable de crear una película como tal, pero es necesario organizar dichas partes, pues “Una obra de arte, concebida dinámicamente, consiste en ese proceso de ordenar imágenes en los sentimientos y en la mente del espectador”.[1]

Para ilustrar la idea de Eisenstein, tomemos una de las primeras escenas de Jaws (Tiburón) de Steven Spielberg, específicamente la que corresponde al ataque del tiburón a unos niños en la playa. La secuencia dura 3 minutos con 23 segundos, pero son suficientes para plantear los conflictos más importantes del filme.

La secuencia muestra al jefe de policía en un día de playa. Él se muestra preocupado por su miedo al mar. Un conocido se le acerca para pedirle algo trivial, pero escucha un grito en la playa. Sin prestar atención a su amigo, el policía mira a la joven que gritó siendo levantada por otro chido y termina por calmarse. Al darse cuenta de esto, su esposa trata de relajarlo y comenta que no se preocupe porque los niños entren al mar, mientras estos se alistan para entrar al agua. Un chico busca a su perro perdido, pero sólo podemos ver cómo flota su juguete en el mar.

Es entonces cuando algo se pasea por el mar y ataca a un niño en un flotador. Cuando todos en la playa se dan cuenta de esto, los niños comienzan a huir mientras que los padres corren para salvarlos. Mientras que toda la muchedumbre corre para ponerse a salvo, el jefe de policía se queda atónito ante la confirmación de sus miedos. Por último, una madre busca a su hijo perdido de manera desesperada, mientras el flotador ensangrentado y perforado logra llegar hasta la orilla de la playa.

En apenas un par de minutos, una secuencia pone todas las significaciones necesarias para iniciar una película. Pero, ¿cuáles son los elementos a los que hay que prestar especial atención? En esta guía, destacaremos estos cinco:

  1. El jefe de policía voltea a ver a la chica en el agua

En este instante, la cámara hace un Close up sobre el rostro del conocido, pero sobre su hombro podemos distinguir a la chica. Es entonces cuando nos damos cuenta qué es lo que realmente le importa al personaje: la inquietud de no tener seguridad en el agua. Esta afirmación puede reforzarse si pensamos en nosotros como espectadores al momento de seguir la toma: podremos descubrirnos prestando más atención a la chica enfocada en segundo plano y a su grito, el cual, cabe aclarar, opaca la voz del personaje secundario. Esta estrategia también está marcada por el uso de una cámara objetiva, es decir, en este punto tomamos la visión del protagonista a través de la cámara.

  1. El jefe de policía trata de calmarse, mientras los niños se preparan para ingresar al agua

Quizá es una acción muy rápida para ser tomada en cuenta en ese instante, sin embargo, con el paso de los segundos cobra un mayor sentido por el desenlace de las acciones y la confirmación que agobia al protagonista. Mientras miramos al jefe de policía en primer plano, en el fondo vemos a muchos niños alistándose para entrar al mar, lo que crea una expectativa y representa un indicio.

  1. Cuando el joven busca a su perro y la cámara enfoca al juguete flotando en el mar

Este plano de detalle sirve para confirmarnos que el peligro es real.

  1. El tiburón se desplaza en el mar para atacar

Otra vez se presenta la cámara subjetiva, pero en esta ocasión para ponernos en la posición y mirada del antagonista, el tiburón que está por atacar.

  1. El flotador llega a la orilla de la playa

En este último plano de detalle nos damos cuenta que la tragedia está consumada y el tiburón perturba la paz de la localidad.

Así pues el cine es capaz de describir lo que sucede y guiar una historia sin usar la palabra. La importancia de conocer los elementos del lenguaje cinematográfico nos ayuda a entender lo que sucede en pantalla. Esto se demuestra al darnos cuenta que en esta secuencia nadie grita: “¡Tiburón!”, sin embargo, nosotros como espectadores de los signos que se encuadran, podemos conocer lo que sucede.

Ahora que conocemos cómo se conforma el lenguaje cinematográfico y su sentido, sólo nos queda revisar cómo llevar todo esto a la práctica para comentar una película.

 

[1] Eisenstein, S. El sentido del cine, Siglo XXI, Ciudad de México, 1999, pág. 20.

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