“OK, está bien”, el ácido placer de incomodar con la comedia

 

Pongamos en claro que OK, está bien no es precisamente la película más políticamente correcta ni la que tiene el humor que le va a gustar a las buenas conciencias; de hecho, tiene todo lo necesario para que alguien con bajo umbral ante la comedia envíe una petición a Change.org para bajarla del internet y que nadie la vea por exponer en pantalla de forma controversial temas incómodos como el machismo, la misoginia o el abuso de menores.

Pongamos en claro también que el personaje principal de la película es un dechado de defectos con ciertos rasgos de genialidad que no lo hacen una mejor persona, sino el protagonista de una farsa con tintes de comedia costumbrista como aquella que hizo famoso a Fernando Eimbcke en 2004 con su filme Temporada de patos, donde al igual que en esta película de la novel directora Gabriela Ivette Sandoval, se retrata a un adulto conviviendo con adolescentes en la famosa unidad de Tlatelolco en la Ciudad de México, y sí, también retratada en blanco y negro.

A pesar de todo lo mencionado líneas arriba, y gracias a ello, esta película tiene un grado particular de originalidad que muy pocos filmes actuales mexicanos pueden presumir. Basada en un guion con muchos rasgos autobiográficos de su autor y protagonista, Roberto Andrade, conocido en los bajos mundos del stand up como el Tío Rober, esta obra cinematográfica retrata a un chavorruco decadente que sabe mucho de cine porque estudió guionismo, pero que es todo menos una persona funcional.

Casi nini de profesión, salvo porque brinda cursos de guion en un asilo donde sus alumnos no congenian con sus excentricidades, este personaje pasa su vida en la sala de su departamento insultando a su madre y viendo películas de autor hasta que un elemento viene a romper su turbia monotonía: la llegada de su primo de 15 años que por un misterioso suceso llega de Querétaro a vivir con ellos. A partir de esta forzada convivencia se sucederá una serie de desafortunados eventos a partir de la aparición de una joven dama de la discordia, que desembocará en un sangriento duelo con palos de escoba.

Algo indispensable en toda comedia es el timing entre secuencias y escenas, y es aquí donde el trabajo del guionista y la directora con su cast sacan a relucir su buen trabajo. Tanto Gabriela Ivette Sandoval como Roberto Andrade en su brillante papel del infumable Mariano, junto con los personajes de su madre (Gabriela de Corzo), su primo Ramiro (Ángel Alvarado) y Mariali (Isabella Argudín), la chica de la que ambos se enamoran, generan una gran química que hace que la película fluya de manera amena y rápida entre escenas domésticas, de fiesta y confrontación sin retorno.

A diferencia de las comedias actuales mexicanas, esta película requiere de un público muy de nicho, ya que está plagada de referencias cinematográficas que le pasarán de noche a aquellos que no estén familiarizados con los filmes de la plataforma MUBI o lugares como la Cineteca Nacional o el Tianguis del Chopo, y no lo digo porque ambos sitios salgan retratados en el filme, sino por el hecho de que les faltará ese ingrediente extra que requiere para su sublimación la comedia de índole intelectual, que justo es lo que la hermana con una de los filmes a los que reverencia en su estética y musicalización: Manhattan, del polémico Woody Allen, en donde también se habla de la cuestionable relación entre un hombre mayor y una menor de edad.

Si usted no sintió como un rito de iniciación su primera visita al Tianguis del Chopo donde el fallecido Juan Heladio brindaba cátedra de cine en su puesto de pelis piratas que vendía desde que existía el reinado del VHS, y si usted no se ha sentido un grandilocuente papanatas en la crítica de cine porque se conoce las básicas de Kevin Smith, Buster Keaton o Stanley Kubrick, tal vez no esté preparado para disfrutar esta incómoda película que está hecha tanto para desagradar como para hacer reír a pesar y a partir de las vicisitudes humanas.

Aunque este filme lleva un largo recorrido por festivales de cine desde 2018, fue hasta este año que fue lanzada en la plataforma de Vimeo y nominada a los Premios Ariel, por lo que se encuentra por un breve tiempo abierta para todo el público en la plataforma de vix.com. Así pues, si siente que tiene todos elementos para no ofenderse y disfrutar de un filme como éste, aún está a tiempo de verlo antes de que lo cancelen.

Ok, está bien

Gabriela Ivette Sandoval

México

91 minutos

Producción independiente

Autor: David V. Estrada

Déjanos tu comentario
Tags:

Tal vez pueda interesarte...