Edmund Husserl: el regador del árbol filosófico

Influencia filosófica

Edmund Husserl es el fundador de la fenomenología trascendental. Su influencia ha sido decisiva en la filosofía contemporánea y se explica por los intentos intelectuales por ver radicalmente las cosas, en el sentido de verlas como fenómenos. Lo que le importa a la fenomenología son «las significaciones» de los fenómenos. La fenomenología aún subsiste debido a la posibilidad que tiene de estudiar «toda suerte de bagatelas» (Ferrater Mora, 1982, p. 46);  asimismo, reconoce la importancia que poseen, en tanto fenómeno, los objetos y situaciones particulares. Sin embargo, la intención primera de Husserl no fue esa, sino convertir a la filosofía en la única ciencia verdadera y universal.

Una de las pugnas filosóficas que defendió Edmund Husserl fue que «lo dado» en cuanto «dado» debe ser descrito tal y como se da, y a ello dio en llamarlo actitud fenomenológica. Según Husserl, todo cuanto existe son «objetos intencionales» para la conciencia. El aspecto anterior en la actualidad continúa siendo acatado por fenomenólogos, porque suscita la consideración de todas las cosas como una fuente de conocimiento si y sólo si se da por intuición. La conciencia supone que las «esencias» son «dadas», pero también supone que la conciencia siempre es conciencia de algo. Recordemos que la divisa de la fenomenología es «¡A las cosas mismas!», atenderse a ellas a fin de concebir a los fenómenos sin supuestos ni prejuicios y tomar los datos de la intuición tal y como se dan en sus propios límites. Es, en una palabra, «regresar a las cosas mismas».

Las nociones fundamentales de la fenomenología son: reducción o epojé, intuición eidética, intencionalidad, noesis, noema. Su terminología ahí se ampara. La fenomenología pretende acceder a la universalidad de la verdad; la verdad vista desde la fenomenología corresponde a su carácter de absoluta racionalidad. Esa es la pretensión pero siempre queda pensar por qué, además de un estilo de pensar o movimiento, es una conciencia filosófica (Merleau-Ponty, 1993, p. 8). Dice Edmund Husserl: «La fenomenología es la doctrina universal de las esencias, en la que halla su lugar la ciencia de la esencia del conocimiento» (Husserliana, II, 3).

En la actualidad –y consta decir que México tiene avezados husserlianólogos– continúa ejerciéndose la filosofía de Husserl con elmétodo fenomenológicopara describir las «esencias» de la realidad. Empero, aún existen fuertes críticas a la imprecisión metódica que presenta la descripción de «lo dado». La causa de esto, incluso a nivel internacional, es en parte porque la fenomenología ha sido fecunda con las meditaciones filosóficas de pensadores «heterodoxos» (piénsese en el caso de los autores llamados postestructuralistas). De hecho, la persona es vista bajo nuevas ‘descripciones’. De ahí que la fenomenología tenga por misión, radicalmente filosófica y no psicologista, la exploración del «mundo de la vida» (Lebenswelt). El mundo humano es, según siempre Edmund Husserl, el mundo de la conciencia. Y, dado que el mundo humano es el primero en existir, puesto que tiene conciencia de sí, no pocos filósofos han desarrollado puntos críticos de ese mundo (Edith Stein, Hannah Arendt, Fritz Kaufmann, entre otros).

Ante todo, como subraya Ferrater Mora, la influencia de la fenomenología es que «todavía alimenta innumerables ramas del árbol filosófico» (op. cit., p. 54). Por eso hoy, a 82 años del fallecimiento de Husserl, podemos verlo como el regador del árbol de la filosofía. Resulta importante revisitarlo en su aniversario luctuoso, releerlo en tiempos donde el mundo de la vida está en crisis, asumiendo las dificultades que implica hoyen medio de las doxasposmodernas (o transmodernas) para, finalmente, recuperar el fuerte trasfondo de la fenomenología que señalaba el propio Husserl en su testamento filosófico: “Quizás se mostrará incluso que la actitud fenomenológica total y la epojéque le pertenece están llamadas a provocar una completa mutación personal, que cabría comparar, en principio, con una conversión religiosa, pero que, por encima de ello, esconde en sí la máxima mutación existencial que se encomienda a la humanidad en tanto que humanidad” (1991: 144).

Vida y obra

Para complementar la perspectiva anterior, podríamos abordar la dimensión biográfica. Edmund Gustav Albrecht Husserl nació el 8 de abril de 1859 en Prostejov (Prossnitz), Moravia, en el antiguo Imperio Austriaco, es decir, en la actual República Checa. Edmund, proveniente de una familia judía, fue el segundo de cuatro hijos que engendraron la pareja conyugal Abraham Adolf Husserl y Julie Selinger, quienes tenían un negocio de tejidos. Los primeros estudios de Edmund Husserl (1868-1875) los realizó en el Instituto de Viena.

Desde niño, tuvo una afinidad progresiva con las matemáticas; además, tuvo un asiduo hábito lector. Los estudios universitarios de Husserl los comenzó en el semestre de invierno de 1876 en Leipzig, donde logró matricularse primeramente en astronomía, aun cuando él procuraba escuchar lecciones de matemáticas, física y filosofía. En los primeros semestres en que estuvo en Leipzig entabló amistad con Thomas Masaryk, quien habría de ser una persona muy influyente en los estudios y la vida de Husserl. En 1878, Husserl se trasladó a Berlín para continuar sus estudios. Ahí se matriculó en matemáticas y filosofía. En octubre de 1882 se aprobó su disertación doctoral Aportaciones a la teoría del cálculo de variaciones. En el verano del año siguiente se instaló en Berlín con el objeto de trabajar como asistente privado de su maestro Karl Weierstrass. A finales de ese año realizó su servicio militar, pasando su vida entre Olmütz y Viena.

Husserl conoció a Franz Brentano en 1884, y no hubo persona más que habría de convencerlo de dedicarse de por vidaa la filosofía. En abril de 1886 Husserl se bautizó en la Iglesia Evangélica, e igualmente en el mismo año, comenzó sus investigaciones filosóficas. En 1887 fue habilitado en filosofía en la Universidad de Halle. En el mismo año contrajo nupcias con Malvine Steinschneider; asimismo, se publicó Sobre el concepto de número. En esas fechas el trabajo docente de Edmund Husserl creció al mismo tiempo que sus ideales filosóficos. En 1891 se publicó su obra Filosofía de la aritmética. Entre 1892 y 1895 nacieron sus tres hijos: Elisabeth, Gerhart y Wolfgang.

Tras haber publicado Investigaciones lógicasen 1901, Husserl es convocado a la Universidad de Göttinga para dar clases. Desde 1907 Husserl desarrolló el método filosófico conocido como la «reducción fenomenológica». En 1916 Husserl aceptó la cátedra de filosofía en Friburgo. A partir de ese año Husserl se orientó en una nueva forma de idealismo trascendentalque trabajó intensamente.

Para 1928 Husserl se jubiló (un año después de que Heidegger le dedicara –en esa primera edición– su gran obra Ser y tiempo). Después vendrían difíciles años para él y los judíos. Edmund Husserl falleció el 27 de abril de 1938. Su obra, sin duda valiosa, fue recogida por el franciscano Van Breda poco después de morir Husserl, cuando azotaban los infortunios políticos del nacismo y amenazaba el legado de sus textos inéditos. Con todo, se trata de temperamento filosófico agudo y entregado a la vida del escritorio, una vida que ejerció la estricta observancia de la actitud fenomenológica. Ya lo decía bien Sloterdijk: “Como casi ningún otro pensador antes que él, Husserl llevó la unidad de pensamiento y escritura a la síntesis de un gesto. Para él, el escritorio, en cuanto un filósofo verdadero toma asiento en él, es la ventana al mundo del ser; mirar y escribir resultan ser aquí actividades convergentes” (2010: 119). Desde ahí, puede leerse la relación vida/obra del regador de la filosofía.

 

Autor: Ramsés  Oviedo

Bibliografía:

Ferrater Mora, J. (1982). Diccionario filosofía. Tomo II. Madrid: Ariel.

Husserl, E. (1991). Crisis de las ciencias europeas y la fenomenología trascendental. Barcelona: Crítica.

_______. (2017). Husserliana: Edmund Husserl Gesammelte Werke. Recuperado de https://hiw.kuleuven.be/hua/editionspublications/husserliana-gesammeltewerke

Merleau-Ponty, M. (1993 [1945]). Fenomenología de la percepción. Barcelona: Planeta Agostini.

Sloterdijk, P. (2010). Temperamentos filosóficos. De Platón a Foucault. Madrid: Ediciones Siruela.

Déjanos tu comentario
Tags:

Tal vez pueda interesarte...