Rorschach de Watchmen: una existencia auténtica

 

Para complementar un ensayo anterior sobre lo inauténtico en El Ciudadano Kane, este texto es un acercamiento a Rorschach del cómic Watchmen. Para este caso, me centraré en la obra original y no en la película, que es la adaptación.

Watchmen fue escrito y publicado por Alan Moore en 1987. Su trama gira en torno a un grupo de héroes que combaten el crimen entre los que destacan: Dr. Manhattan, El Comediante y Rorschach, quien es el narrador en la obra.

Para adentrarnos en el estudio de un personaje de cómic, debemos entender y conocer el lenguaje que utiliza la novela gráfica. Este se integra por dos lenguajes: el lingüístico y el icónico.[1] El segundo se refiere a las imágenes, es decir, a los dibujos que acompañan a los textos. Uno y otro se complementan para desarrollar sus tramas. Así, este tipo de literatura depende tanto de la imagen como de la palabra y, en un mayor sentido, de lo icónico porque se caracteriza por usar textos reducidos o concretos. Esto se debe a que, en un principio, los cómics sólo estaban compuestos de imágenes[2] para que así no se cayera en ambigüedad. Es decir, la imagen en sí misma expresa más que la descripción por palabras. La imagen de un vagabundo; por ejemplo, dice más que la descripción de este personaje. Aunque se explique su vestimenta o su forma de vida, la representación iconográfica dará un mejor resultado al público.

Siguiendo con esta línea de explicación, la viñeta es la parte mínima de un cómic, es el recuadro donde se desarrolla la trama, donde los personajes aparecen y los diálogos tienen cabida, es lo que en el cine es el encuadre o la fotografía. En estas viñetas aparecen los textos que cada personaje o narrador dice. Por otro lado, el globo es el espacio donde se encuentran las palabras de los personajes, los diálogos; a veces puede variar en su trazado dependiendo de la expresión de quien habla. Existe una secuencia necesaria para leer los globos: es de izquierda a derecha y de arriba a abajo.

Estos elementos le otorgan al cómic su constitución. Como podemos notar, existe relación cercana con otro arte: el cine. Incluso, me atrevo a decir que el efecto llamado Kuleshov o Hitchcock, que consiste en poner un plano para después hacer un recorte y dejar ver la expresión del individuo que contempla lo sucedido, este efecto está basado en gran medida en el cómic.

Ahora, para comenzar con el análisis, hay que centrarnos en Rorschach como narrador. Éste se nos presenta al principio mediante su voz, mediante sus palabras que van describiendo la ciudad; es a través de ellas que imaginamos qué es lo que piensa este personaje y cuáles son sus intenciones. Gracias a sus palabras podemos entender que es un crítico social, pero también es alguien sin pudor pues dice todo tal cual es.

Ilustración 1, capítulo 1, pág. 5

Su primera aparición carece de diálogos, es un monólogo a lo Hamlet. Su presentación en la historia ocurre cuando entra a la casa del fallecido Comediante. Hay, por tanto, un inicio in media res; es decir, en una acción. Esto se desarrolla en una secuencia de viñetas que abarca tres páginas que sólo lo muestran a él y que al mismo tiempo lo describen. Funciona bien el adagio de que en vez de describir hay que mostrar. Rorschach, en conjunto con su vistoso traje, aparece para robarnos la atención. Primeros planos y planos figura construyen esta secuencia.

Ilustración 2, capítulo 1, pág.7

Con sólo imágenes podemos saber que el personaje es un tipo preciso, frío, cauteloso, sombrío, misterioso, además de un investigador. Todo esto en pocas viñetas. La gabardina y todo lo que lo compone, tanto física como psicológicamente, nos recuerda a un detective como Sherlock Holmes y también a un enmascarado de la justicia como Batman.

La teoría, a la que llega Rorschach después de ver las circunstancias de muerte del Comediante, es la de que existe un asesino de héroes. Su siguiente propósito es visitar a cada uno de sus excompañeros para ponerlos en alerta, prevenirlos y, al mismo tiempo, seguir investigando.

En estas pocas líneas y escenas, Rorschach es puesto como un personaje auténtico, según la teoría de Heidegger, aunque se siente arrojado en el mundo: un mundo podrido, lleno de muerte, injusticia y desamparo; sin embargo, él ha encontrado un camino. A pesar de la contrariedad de vivir bajo estas circunstancias, son estas mismas las que le otorgan sentido a su vida.

Antes mencioné el parecido entre Batman y Rorschach. Y no es circunstancial, este parecido es mayor conforme se avanza en la lectura de la novela. Walter es el nombre real de este héroe. Su existencia está condicionada por Rorschach, el nombre y personaje que creó para ser héroe. Digo entonces que es Rorschach el que es auténtico y que incluso ha tenido que dejar de lado o matar, en cierto sentido, a Walter. Su semejanza con Batman es que él nació cuando sus padres murieron, al presenciar este horror su existencia toma un rumbo, se generó en él la iniciativa de crear a Batman y fue la muerte de Bruce Wayne.

En este caso, Rorschach nace tras el asesinato de una niña que es secuestrada por un tipo que se la come. Su verdadera naturaleza, su verdadero yo comienza al conocer los pormenores de la muerte, es también el primer asesinato que comete nuestro héroe. A partir de este punto se habla de la muerte de Walter.

Ilustración 3, capítulo 5, pág. 20.

Con todo esto ya tenemos algunas ideas generales de este personaje. Para adentrarnos en la psicología del personaje es necesario leer sus escritos, el rezago de sus pensamientos. La novela gráfica es bastante detallada y tiene pasajes donde da información extra de los personajes. En el caso de nuestro Rorschach hay una carta escrita por él a los once años y el relato de un sueño a los trece, ambos, más bien, describen a Walter en su adolescencia, que es la antesala o preparación de lo que más adelante vendría a ser Rorschach.

Del relato del sueño puede destacarse la imagen del siamés. En la confusión que provocan las imágenes oníricas describe a su madre y al doctor unidos. Esto es una alusión a tres conceptos: al sexo en su representación como unión carnal, al mito del banquete de Platón y a la unión de dos personalidades que comienza a gestarse en la mente de este personaje. Este último es una alusión al inicio de su cambio de personalidad, a la aparición de los rasgos de Rorschach.

Este personaje es el más centrado en sus ideales, para él aunque el mundo esté podrido existe la posibilidad de remediarlo, no actúa; por ejemplo, como el Comediante quien se la pasa desestabilizando a la sociedad con sus acciones, generando más caos, destrucción y muerte.

A diferencia del Búho Nocturno, tampoco se queda en la mediocridad, u Ozzymandias quien está encerrado en su egocentrismo y obsesión de una utopía. Rorschach realmente trata de entender su mundo y solucionarlo con base a sus experiencias. No es el indiferente Dr. Manhattan quien ha perdido todo rasgo de interés por la raza humana. Rorschach va tras las últimas consecuencias de su caudal moral, aún sabiendo que su vida está en riesgo, es el Dasein en perfecta claridad. El personaje está en el mundo para sobrellevar esta carga de autenticidad, no tiene familia, está solo, pero tiene ideales que lo sostienen.

Un rasgo importante es su carencia de expresión. Su máscara está en constante cambio y quien la mira podrá tener una interpretación de su rostro, aunque en realidad es el pensamiento de quien mira el que es expresado. Su máscara actúa de espejo para develar los recuerdos.

Rorschach de Watchmen

Pero, como he dicho anteriormente, Rorschach se ha creado a sí mismo a través de un discurso sobre la moralidad y la heroicidad, su traje en realidad es la representación de su ser. Por eso, cuando está encarcelado por ser culpado por la muerte de Moloc, él reafirma siempre que el nombre de Walter le es ajeno. Sin su máscara deja de tener su distinción especial como si le hubieran quitado una parte de su cuerpo. Al estar sin máscara su aspecto es retraído y sin expresión facial.

El punto medular de su autenticidad está hacia el final de Watchmen donde se le ponen dos opciones: el mentir y solapar las acciones de Ozymandias o decir la verdad y ser fiel a sí mismo. El mundo se sostiene entonces en un engaño y eso a Rorschach no le parece adecuado en absoluto. Su condición de héroe se superpone a su amistad o incluso a una mentira que de verdad podría funcionar. Al final él se nota como el único héroe y el que es más fiel a sí mismo sin dañar a otros, parecido a Batman en esa consigna de no matar.

Rorschach de Watchmen
Ilustración 5, capítulo 12, pág. 24

Autor: José de Jesús López Avendaño

[1] Para esto, consúltese la página 29 de la tesis de licenciatura de Luis Alejandro Ponce titulada Proceso de creación de un cómic o novela gráfica.

[2] Ibid, pág 27

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