Lo kafkiano en Naked Lunch de David Cronenberg

 

El lenguaje del cine usa continuamente modelos que corresponden a la narrativa y es evidente que se basa en ellas para contar historias. Por ejemplo, en Naked Lunch de 1991, David Cronenberg retrata una historia que se ha denominado kafkiana, pero, ¿qué es lo que este adjetivo designa? ¿En qué consiste?

Para responderlo, habría que entender la estructura de un relato. Ricardo Piglia en su libro Formas breves denominó que un cuento siempre cuenta dos historias[1] una visible y otra secreta. Esta estructura está también en la construcción de la narrativa cinematográfica. Un ejemplo de cómo funciona está en la película Sexto sentido, aquí se narra la historia de un niño que ve a los muertos, lo que corresponde a la historia visible. La historia secreta se encuentra al final cuando se revela que su doctor, quien lo acompañó y ayudó, está muerto. Para Piglia esta película sería un cuento de estructura clásica porque posee un final inesperado o una vuelta de tuerca.

Ahora pensemos en el estilo de Kafka, el cual consistía en contar la historia secreta con claridad y sencillez y dar indicios vagos, oscuros, de la historia visible. Así, si aplicamos esta lógica a la narrativa de la película, esta cambiaría: la historia sería contada desde que el niño sabe, al inicio, que su doctor está muerto y que convive con él. Los detalles escabrosos de su convivencia se mostrarían con naturalidad y nos dejaría la premisa de “ver a los muertos” con un tinte de misterio. Esto podría ocasionar en el espectador una idea de horror al presenciar la idea de ver a los muertos. Dicho por Piglia: “Kafka cuenta con claridad y sencillez la historia secreta, y narra sigilosamente la historia visible hasta convertirla en algo enigmático y oscuro. Esa inversión funda lo kafkiano”.[2]

En Naked Lunch ocurre esto, la historia se centra en William Lee, un trabajador de pesticidas quien sufre una serie de alucinaciones por el consumo de la droga que usa para matar insectos. Esta es la historia secreta contada con naturalidad y misterio, ya que no se sabe en qué parte termina la realidad y comienzan las alucinaciones. Lo que le acontece a Lee es la representación de su inconsciente en la realidad. De esta manera entra a escena un tipo de cine surreal que alcanza al espectador y lo predispone a un estado fílmico[3] donde convive con el inconsciente de Lee. El estado fílmico es aquel que el montaje de la película crea, es la atmósfera y ambientación. La disposición en que esa realidad que se muestra es verosímil.

No ocurre una zoomorfización como en La Mosca (película que es la mejor prueba de cómo lo kafkiano influye la obra del director), sino que pasa algo distinto: una antropomorfización. Los  insectos humanizados son comunes a lo largo del filme, incluso en diversas escenas éstos se llegan a comportar con más humanidad. En una de estas, Lee es llevado a la policía por consumir estupefacientes. Los policías rodeados de un aura de misterio abandonan su interrogatorio y lo dejan con un insecto: ¿es verdad lo que le acontece?

Lo real se confunde con lo maravilloso y crea lo fantástico a partir de la duda. El insecto y Lee charlan. Las tomas se realizan de cuerpo entero y a detalle para mostrar cómo está compuesta la anatomía del insecto. Asimis, en otra escena se pone de manifiesto que la esposa de Lee es, en realidad, un insecto o que se comporta igual al que vio en la policía.

A partir de este punto, el protagonista pierde la noción de su realidad anterior, deja de tener sentido lo que antes fue sólido y ahora está sobrecogido por una nueva visión de vida, algo parecido al comportamiento del personaje de La metamorfosis,[4] donde su realidad cambia y aprende a ser un animal. En este caso, Lee aprende a ser un espía.

William tiene un viaje de descubrimiento al seguir las órdenes de aquel insecto. Es entonces cuando la película muestra al protagónico como antagónico. Él es quien va buscando lo real. La lucha, la tensión narrativa es la disputa contra sus propios pensamientos proyectados en lo que ve, en su percepción. Cronenberg, sin quererlo quizá, utiliza a su personaje principal para mostrar la idea de Schopenhauer de que la realidad es la representación de cada individuo.

La historia secreta es mostrada con naturalidad y el propio espectador no lo comprende sino hasta el final de la película. Se trata de un acontecimiento que se repite, en el que la frialdad de Lee es la clave.

Por otro lado, existen elementos de la atmósfera que son también rasgos de lo kafkiano; por ejemplo, la presión. Al hablar de ello me refiero a las características de los personajes para originar un sentimiento que, en este caso, es el de la asfixia. Es esa peculiaridad que el buen narrador debe poseer: mostrar en vez de decir. Así, en cuentos de Kafka como Ante el portal o el mismo Metamorfosis hay un ambiente de tensión que el autor causa por postergar escenas. Por ejemplo, en el primer cuento se alude a la larga espera y en otro hay una presión, una asfixia en el personaje por adaptarse a ser un insecto. Piglia llama a esta narrativa de final infinito o que se posterga incesantemente.[5]

Tal situación se presenta en Naked Lunch. Cronenberg somete a su personaje a una inmensa presión. La droga que le da esas alucinaciones lo está consumiendo, lo destruye. En cierta escena se muestra a Lee redactando notas de auxilio; aquí intenta salir de ese mundo, pero su adicción lo somete, lo encapsula y las visiones lo consumen. Esto lo aprecia el espectador al estar percibiendo el punto de vista de este personaje.

Hay un rasgo que no corresponde a lo kafkiano pero que vale pena mencionarse ya que es parte del estilo de Cronenberg: la sexualidad. Existe un despliegue erótico en la trama de la película donde el director sugiere que humanos e insectos conviven incluso en el plano sexual, es decir, mantienen relaciones unos con otros. Esta perspectiva genera un aspecto grotesco que ya de por sí se aprecia en el filme por la fisionomía de los personajes.

   La narración kafkiana, por tanto, se puede apreciar en los siguientes puntos:

  • El cómo se cuenta o la atmósfera. Hay un misterio que Lee trata de resolver y sigue ciegamente instrucciones de un desconocido insecto que lo convence gracias a ciertas pruebas que le va dando.
  • El cambio de animal a humano y viceversa. Con esto me refiero al comportamiento animal de los humanos y al comportamiento humano de los insectos que se aprecia con claridad en todo el filme.
  • La historia secreta es contada con misterio y la historia visible con naturalidad. Este es el rasgo más kafkiano que se presenta en la película y que es, al mismo tiempo, un sello del cineasta y participa en su estilo.

Lo kafkiano genera incertidumbre, intriga, misterio, asfixia, en última y principal instancia, justo lo que Cronenberg desea provocar en sus películas: horror.

El director canadiense construye en su película Naked Lunch (Almuerzo al desnudo) una interesante representación de su estilo. Gracias a sus conocimientos de entomología, que era su pasión, dio a la película su toque especial, su firma y nos adentró a su cosmovisión.

 Autor: José de Jesús López Avendaño

 

[1] Para esto, consúltese el apartado “Tesis sobre el cuento” del libro ya citado.

[2] Ibid. Página 52.

[3] El estado fílmico es aquel que es engendrado en el espectador por obra de la contemplación del filme. Es la experiencia subjetiva. Esto se deriva de que el cine es un arte de la atención, la memoria y la imaginación (Aumont, Estética del cine).

[4] Obra más conocida del autor checo Franz Kafka.

[5] Para esto, consúltese el ensayo “Nueva tesis sobre el cuento” que se encuentra en el libro ya mencionado.

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