¿Existen los amores eternos? Un año y un mes de Luis García Montero

La vida termina, pero no el amor.
Stanislaw Lem[1]

Cuentan los viejos que las historias de amor eterno surgen en lugares inesperados y tienen como testigos estaciones del tren, aeropuertos, parques, escuelas, entre otros, sin olvidar que las redes sociales se han convertido en escenarios que acortan las distancias para este tipo de historias.

En ese sentido, el amor se ha consagrado como un sentimiento puro y verdadero que poseen los seres humanos a través de experiencias, emociones y actitudes. En palabras de Noel Clarasó[2]:

El amor es como los huéspedes. Lo que importa no es creer en ellos, sino saberlos recibir cuando se presentan, aprovecharlos mientras están, y despedirlos con cortesía cuando se marchan.

Lo que indica que el amor es un sentimiento que se construye a partir de las vivencias, mismas que pueden permitir a algunos individuos posesionarlo como amor eterno. Por su lado el amor eterno puede entenderse como el sentimiento que transciende más allá del tiempo por individuos o como se presenta en frases como la de Gayle Forman[3]:

La persona que eres ahora es la misma de la que estaba enamorado ayer, y la misma de la que estaré enamorado mañana.

Entonces, el amor eterno se consolida con el transcurrir del tiempo como un sentimiento profundo que sobrepasa las carencias de los sujetos para idealizar esa unión con otro sujeto, acudiendo al tiempo como garante de esa eternización. Eternización que sigue acompañando este siglo XXI a pesar del materialismo en el que se vive. Sobre ello, el concepto de amor de Zygmunt Bauman (2005) acude a uno de los ítems del Simposio de Platón así:

Amar es desear, concebir y procrear, y por eso el amante busca y se esfuerza por
encontrar la cosa bella en la cual pueda concebir. En otras palabras, el amor no
encuentra su sentido en el ansia de cosas ya hechas, completas y terminadas, sino
en el impulso a participar en la construcción de las cosas. P.21

Así pues, el amor se vuelve también una asociación de los individuos en una búsqueda permanente de armonía o plenitud.

En medio de toda esta concepción sobre el amor, el poeta español Luis García Montero[4] presenta su libro Un año y tres meses, donde aborda la muerte de su esposa Almudena Grandes[5]. Sus poemas se caracterizan por presentar con sutileza las emociones, la enfermedad y convalecencia de ella, la cotidianidad y lo vivido, su último paseo de verano, un diagnóstico médico inesperado, el cambio de vida, el fin de año en el hospital, la intensidad del dolor, la memoria ante la ausencia, la casa ausente y, finalmente, una historia de amor que se hace eterna.

Una eternidad que no se propone el autor, pero sus versos acuden a elementos del Romanticismo para instaurarla fuera de un mundo materialista:

La verdad de las ficciones

La veo en el espejo
mientras se arregla los cabellos
como quien hace cola en la puerta del embarque
en busca de un destino.
No sé lo que baraja su paciencia,

ni lo que cabe en mi silencio.
Me vigilan a mí los maniquíes
con su sombra de ojos
y sus pelucas educadas
en el verbo buscar y en la razón del arte.
Cabellos en el viento de la vida,
tristezas rubias, pelirrojas y negras
ordenadas por la quimioterapia.
Eres tú, le comento, y me sonríe.
Ninguno de los dos, ninguno, nunca,
habíamos sentido de este modo
que existe la verdad en las ficciones.
Nunca tuvieron las miradas
tanto amor a la vida. P. 17.

Lectores

También es el amor una luz negociada.
Somos barcos nocturnos que fondean
en esta habitación
junto a una cama que parece un puerto.
No me importa que tardes en apagar la luz
si me quedo dormido en tu lectura.
Un faro parpadea muy pegado a tu cuerpo
para que Ulises pueda hacer justicia,
mientras que Fortunata
naufraga por las calles de Madrid
y la esperanza se defiende
con uñas y alegría
en la ciencia ficción de cualquier cuerpo.
Tampoco tú protestas
si yo enciendo la luz antes de hora

Duerme poco. Digamos que a las cinco
mi mesita de noche es una dársena
donde hay carga y descarga de palabras
que pasan a tu sueño.

Por Nueva York camina Baudelaire,
Federico en París,
mientras Machado cruza la frontera
y Cernuda nos habla de Galdós
bajo el cielo de México.

El amor es también una luz negociada.
Me das tus sueños al vivir los míos.
Te doy mis sueños al guardar los tuyos.
Historias que se enlazan como cuerpos. P. 15

Los poemas del autor se muestran como capítulos de vida, de miedo, de duelo y de un amor con rastros de eternidad.

Para concluir, la invitación es a leer a Luis García Montero como un referente de la poesía contemporánea capaz de acudir a estrategias del romanticismo. En su poemario nos recordará cómo una secuela de amores  transcienden el tiempo a pesar de la dualidad de la vida y la muerte.

Referentes bibliográficos

Bauman, Z. (2005a). Amor Líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos.
México. Fondo de Cultura Económica.

Fisher, H. (2004). Porque amamos. Naturaleza y química del amor romántico. España.
Santillana Ediciones generales.

 García, M. L. (2022). Un año y tres meses. Barcelona. Tusquets Editores.

 

[1] Fue un escritor polaco cuya obra se ha caracterizado por su tono satírico y filosófico.

[2] Fue un escritor español de variados registros y guionista de cine y televisión.

[3] Escritora, novelista y periodista estadounidense, autora de Si decido quedarme (2009), Lo que fue de ella (2011), Sólo un día (2013) y Sólo un año (2013).

[4]Nació en Granada en 1958. Es catedrático de literatura española en la universidad de esta ciudad, y en la actualidad, director del Instituto Cervantes. Sus libros de poesía, como, entre otros, Habitaciones separadas, Completamente viernes, La intimidad de la serpiente, Vista cansada o Un invierno propio, son ya hitos destacados de la poesía española contemporánea y han merecido los más prestigiosos galardones, como el Premio Adonais (1983), el Premio Loewe (1994), el Premio Nacional de Poesía (1994), el Premio de la Crítica (2003), el Premio Internacional de Poesía López Velarde (2017) y el Premio Carlo Betocchi (2020).

[5]Fue una escritora española, columnista habitual del diario El País. Galardonada con el Premio Nacional de Narrativa en 2018, la mayor parte de su obra trata de ahondar en la historia reciente de España para recuperar las huellas de un pasado oculto durante la dictadura de Francisco Franco.

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