El diario de campo de Malinowski como subjetividad que objetiva el mundo

 

Una de las principales características de un diario personal es su privacidad, debido a que el propósito de su escritura es guardar entre palabras los pensamientos, las experiencias y las vivencias suscitadas día a día. Ante la imposibilidad de detener el tiempo y frente al presente que dura tan poco, la escritura de un diario es un mecanismo para capturar los momentos importantes y subjetivos dándole sentido a la vida de quien se atreve a combatir el olvido.

A diferencia de una fotografía, la descripción en un diario no es una captura instantánea, esto debido a su escritura desde un presente fugaz con miras al futuro, en pos de registrar lo ocurrido en un pasado, inmediato o no.

Un diario personal es de los actos más íntimos en la vida, en el momento de su ejecución ocurre un diálogo, por decir lo menos, entre el sujeto o sujeta y sus pensamientos, por lo tanto nadie tendría el derecho de leer sin alguna autorización, la intención subyacente a la hora de retratar los recuerdos, es la de trascender en forma de palabras más tiempo de lo que puede durar vivo un cuerpo humano, es decir, el diario es una extensión del autor o autora, quien lo escribe con la posibilidad de perdurar más allá de la muerte de su creador.

La escritura de un diario es un ejercicio reflexivo, introspectivo y con una mirada subjetiva, sin embargo, en ocasiones, también objetiviza el mundo.

Bronislaw Malinowski (1884-1942) nunca se enteró que sus diarios escritos en polaco, su lengua natal, fueron publicados y leídos por un inestimable número de personas alrededor del mundo y en múltiples lenguas gracias a que su viuda, Valetta Malinowska, los diera a conocer en 1967.

A partir de entonces Diario de campo en Melanesia se convirtió en el centro de un debate entre investigadores de las ciencias humanas y sociales que tienen en el trabajo de campo el eje principal de sus trabajos. Se criticó el flujo pasional con que Malinowski redactó, lo que se suponía debió ser unos estrictos apuntes etnográficos.

El mar lucía un hermoso color verde, pero no pude ver en toda su extensión el arrecife (de la Gran Barrera de Coral). Muchas islitas por el camino. Me hubiera gustado aprender los principios de la navegación, pero el capitán me imponía respeto. Maravillosas noches de luna llena. Me lo pasé en grande con el mar; navegar empezó a ser para mí algo verdaderamente agradable (Malinowski, p. 35).

Es posible distinguir en la cita anterior una redacción con tono poético que describe el inicio de una expedición que Malinowski realizó a bordo de un navío rumbo a los trópicos, sin embargo, este tipo de escritura es el resultado de una descripción objetiva de la realidad, sumado a la percepción y sensibilidad del etnógrafo.

Es de consideración la nula existencia de una etnografía cien por ciento objetiva que retrate a la perfección un acontecimiento vivido, pues tanto los textos literarios como científicos son una interpretación del mundo, como lo propone Clifford Geertz en La Interpretación de las Culturas, además de tener presente que se trata de un diario personal, el cual no se sabe si su autor pretendía dar a conocer.

Hoy, lunes, 20-9-1914. Tuve un extraño sueño; homosex., con mi propio doble como pareja. Extrañas sensaciones homoeróticas; la impresión de ir a besar una boca como la mía, un cuello torneado igual que el mío, una frente idéntica a la mía (vista de perfil) (Malinowski, p. 41).

Además de las detalladas páginas que hablan sobre la vida social y cultural de los polinesios, en los diarios de Malinowski también se encuentran las angustias, preocupaciones y demás ideas íntimas como sueños y pensamientos libres de cualquier moralidad.

Quienes criticaron la poca objetividad de los escritos del autor polaco, no debieron perder la perspectiva del espacio individual y subjetivo característico de un diario, sea de campo o personal, cuyo contenido posteriormente podrá abordar una realidad de manera objetiva.

Nadie debiera leer el diario de alguien más, sin embargo, agradecemos se diera a conocer un contenido tan personal de un investigador social para saber cómo se construye la objetividad de las ciencias humanas a partir de la pura subjetividad.

Autor: Diego R. Hernández

Referencias

Malinowski, Bronislaw. (1989). Diario de campo en Melanesia. Ediciones Júcar.

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