Edgar Allan Poe: el maestro más allá del terror

 

El nombre Edgar Allan Poe siempre nos hace pensar en la literatura de terror cual si fueran sinónimos. Asimismo, ese nombre retumba entre los oídos de los grandes cuentistas contemporáneos, pues no cabe duda que Poe dejó no sólo un amplio corpus de cuentos y poemas, sino un texto teórico donde revela las ideas que estaban detrás de su obra.

Filosofía de la composición es una poética que permite a su lector comprender cómo es que Edgar Allan Poe concebía la escritura y, sobre todo, aleja la idea de que se necesita la inspiración para la originalidad. En él plantea que el acto de escribir necesita un método bien pensado, el cual se consolida con las ganas de escribir, borrar, reescribir y volver a pensar e investigar.

A continuación, daremos un paseo por las ideas más atractivas del texto mencionado.

  1. Conocer el final y el efecto

Edgar Allan Poe comienza su texto con una crítica a algunos escritores (Charles Dickens y William Godwin) porque pareciera que no tienen un plan para escribir. Según Poe, un buen plan de escritura es el que contempla, desde antes de siquiera empezar a escribir, el desenlace del texto y, por supuesto, el efecto que se pretende causar. Saber el final y, por lo tanto, el efecto ayuda a que se genere una apariencia de lógica y causalidad. Ante ello, Poe escribió lo siguiente:

No hay nada más evidente que el que todo plan digno de este nombre ha de construirse hasta el desenlace antes de coger la pluma teniendo constantemente el desenlace a la vista, podemos dar a un plan su aire indispensable de consecuencia, causalidad, haciendo que todos los incidentes, y especialmente el tono de todos ellos, tiendan al desarrollo de la intención.

Así, una vez que se determine el final, quien escribe podrá tener un camino más claro para que la lógica de las acciones y los sucesos se dé, en apariencia, como una simple consecuencia de lo planteado y el texto sea redondo.

  1. Dimensión y lectura

En este punto Edgar Allan Poe comienza por explicarnos que si un texto no puede ser leído en una sola sesión, es muy probable que perderemos el efecto que queremos conseguir. Sin embargo, en algunos textos un poco más grandes, Poe menciona que hay una concatenación de efectos de corta duración, por lo que el límite dependerá del género:

Parece, pues, evidente , que hay un límite claro en lo que se refiere a la extensión de toda obra de arte literario: el límite de una sola sesión de lectura; y que, si bien en ciertas clases de composición pura, como Robinson Crusoe (que no requieren unidad), puede, con ventaja, traspasarse ese límite, la extensión del poema ha de guardar relación matemática con su mérito -en otras palabras, con la excitación y elevación- en otras palabras, con el grado de verdadero efecto poético a que es capaz de inducir; porque es claro que la brevedad debe estar en razón directa de la intensidad del efecto que se intenta conseguir; esto sin olvidar que cierto grado de duración es también requisito absoluto para la producción de un efecto cualquiera.

Entonces, para Poe es la poesía la que necesita ser breve para causar los efectos determinados y, por lo tanto, un efecto de belleza. Pese a ello, no descarta que en textos más amplios también se logren.

  1. Terreno y tono

Poe hace este texto pensando en cómo escribió su poema más famoso, es decir, The Raven. Por esta razón es que necesitaba encontrar el terreno, o sea, un eje a seguir y el tono con el que conseguirá el efecto deseado, por ello, optó por una introducción clásica y un estribillo.

Habiendo determinado así la extensión, el reino y el tono, recurrí a la inducción ordinaria, con la mira de obtener algún «picante» artístico que pudiera servirme de clave en la construcción del poema -algún eje sobre el cual pudiese girar la estructura total.- Pensando cuidadosamente en todos los efectos artísticos usuales, no pude menos de percibir inmediatamente que ninguno se ha empleado más universalmente que el «estribillo».

Ya que se escogieron estas formas, Poe menciona que da pie a una larga investigación para que su texto tome forma, por ejemplo, comienza por resolver la interacción entre la voz poética y el cuervo, ya que, antes de elegir a dicha ave, tuvo que saber cuál de las aves existentes podría hablar y, sobre todo, adaptarse al tono mencionado. Así concluyó en el cuervo.

  1. Originalidad

Una vez que el autor estadounidense logra completar su introducción y sabe cuál será su estructura de ritmo, tema y extensión, le dedica unas líneas al tema de la originalidad, puesto que, debido al romanticismo, se tenía en alta estima a la inspiración por encima de un método.

De hecho, la originalidad -a no ser en espíritus de fuerza muy excepcional- no es, como muchos suponen, cuestión de impulso o intuición; en general, para encontrarla, hay que buscarla trabajosamente, y, aunque es un mérito positivo y de la más alta calidad, exige para lograrse menos invención que negación.

Poe deja muy claro que la originalidad se da gracias a la investigación y al arduo trabajo de estar escribiendo y lo comprueba con el resto de su poética donde se hace más evidente la presencia de la investigación y de sus conocimientos sobre escritura, incluso, de la misma tradición.

Hoy, al celebrar un año más de su natalicio, sería pertinente recurrir a su texto y volver a estremecernos con ese estribillo tan icónico y que ahora sabemos cómo es que se convirtió en un referente para todos: nervermore.

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