José Martí y los sueños de libertad

“Si no luchas, ten al menos la decencia de respetar a quienes sí lo hacen”

José Martí

Como es sabido, el siglo XIX se caracterizó por ser una centuria llena de conflictos armados, políticos y religiosos que ayudaron a la reorganización de diversas naciones en el mundo. Muestra de ello es la reconfiguración del mapa geopolítico europeo con la unión de varios reinos y la separación de otros tantos.

Para el caso americano, la situación no fue muy diferente, pues desde inicios del siglo decimonónico, diferentes virreinatos españoles comenzaron sus respectivos procesos de independencia. Sin embargo, el peso de los casi 300 años de dominio español no salió por completo y logró tener su último enclave en la paradisiaca isla caribeña de Cuba.

Dicha situación ocasionó que, de manera indirecta, la isla sufriera cierto relego respecto al resto de los países del continente gracias a su ligadura española. La independencia se había convertido en la norma y Cuba no entraba en ella. Por tal motivo, para el último cuarto del siglo, se gestaron diferentes movimientos independentistas donde José Martí fue uno de los personajes más destacados.

Quizá el lector de la presente nota se pregunte por qué se dio una introducción tan ambigua, pero que era necesaria, y la razón es que al hablar de José Martí no se le puede separar de su contexto histórico-político, ya que de éste dependió su activismo.

Asimismo, resulta normal e inevitable recordar a Martí como un revolucionario en el sentido más puro de la palabra, es decir, un hombre de cambio o evolución superior, profesional y personalmente. Dicha cualidad fue la que le permitió ser pieza clave en uno de los procesos políticos más importantes de Cuba, su independencia, así como su participación en la creación de la corriente del Modernismo.

José Julián Martí Pérez (1853- 1895) nació y murió en su natal Cuba a los 42 años presa de la guerra derivada de sus ideales, pues no concebía que su patria continuara dominada por el yugo español.

José Martí fue concebido en el seno de una familia española radicada en Cuba, por lo que creció rodeado de comodidades y sin mayores necesidades. Su posición le permitió estudiar tanto en las mejores academias cubanas y de España, como lo fueron el Instituto de Segunda Enseñanza, la Escuela Profesional de Pintura y Escultura de La Habana y las universidades de Madrid y Zaragoza (1873-1874). En esta última, se licenció como abogado civilista, además de cursar la carrera de Filosofía y Letras, de las cuales obtuvo sus documentos de manera póstuma por problemas financieros en aquel momento.

Martí no sólo estuvo en España, también realizó estancias en, Guatemala, París, Nueva York y México, lugares que para ese momento gozaban de un panorama político muy diferente al cubano, lo cual le fue sumamente atractivo. Al convivir con otras realidades, Martí comenzó a vislumbrar una Cuba libre tangible, una nación soberana a la par de las demás.

Resulta importante mencionar que José Martí, al ser un hombre inquieto, sufrió constantemente represiones en Cuba por parte de la corona española. Incluso, tuvo que pasar tiempo en la cárcel derivado de sus ideas. Ello, también ocasionó que se le exiliara en dos ocasiones concretas, las cuales utilizó para dar a conocer su producción literaria con una abierta línea política.

José Martí es recordado por sus ensayos de corte liberal, los cuales varios fueron publicados en periódicos de Argentina, México y Venezuela. Sin embargo, también se aventuró en el mundo de la poesía donde evidenció su postura e ideales de manera más amable y romántica.

En este tenor, posiblemente la obra más conocida de Martí sea La niña de Guatemala, la cual habla de la trágica muerte de una joven que estaba enamorada de un caballero cubano, el cual apuntaba ser él. En este poema se observa no sólo un breve relato de una muerte por desamor, sino que Martí tenía una gran sensibilidad y capacidad para conmover al lector:

Ella, por volverlo a ver,
salió a verlo al mirador;
él volvió con su mujer,
ella se murió de amor.

Como de bronce candente,
al beso de despedida,
era su frente -¡la frente
que más he amado en mi vida!…

Se entró de tarde en el río,
la sacó muerta el doctor;
dicen que murió de frío,
yo sé que murió de amor. (vv.21-32)

Sin embargo, en los poemas de José Martí también se pueden observar reflejos de sí mismo, de sus vivencias y de sus ideales. Muestra de ello se puede ver en los siguientes versos del poema Yo soy un hombre sincero:

Yo vengo de todas partes,
Y hacia todas partes voy:
Arte soy entre las artes,
En los montes, monte soy. (vv. 5-8)

Ahí, Martí se observa y describe como un hombre errante en el mejor sentido: como un cosmopolita, que sabe quién es, cuál es su lugar y, por ende, cuál es su misión, situación que reflejaba su realidad en aquel entonces. Asimismo, cuenta con otros versos en los que se vislumbra su visión respecto al ideal, no sólo en el sentido político, sino respecto a lo que uno persigue en cualquier sentido, por ejemplo, la belleza o la libertad:

Fuera del mundo

Fuera del mundo que batalla y luce
Sin recordar a su infeliz cautivo,
A un trabajo servil sujeto vivo
Que a la muerte temprano me conduce.

Mas hay junto a mi mesa una ventana
Por donde entra la luz; y no daría
Este rincón de la ventana mía
¡Por la mayor esplendidez humana!

Acá, se observa el planteamiento de la convicción, es decir, de lo que se cree. Si bien, el poema plantea la idea de un posible cambio de una mala condición de vida por algo placentero, Martí niega dicha posibilidad al mencionar que por la ventana entra algo insuperable, que lo alienta y ningún placer momentáneo podría sustituirlo.

Si bien, José Martí no hacía las mejores figuras retóricas de la época, sí eran evocaciones claras de su forma de pensamiento y de cómo percibía el mundo. Quizá, en la actualidad, leerlo nos parezca sencillo si lo comparamos con algunos de sus contemporáneos como Rubén Darío, pero en la sencillez de sus líneas se encuentra su belleza.

Martí no perseguía la fama mediante su producción literaria general, lo que perseguía era la libertad de Cuba y dicho valor es una constante intrínseca en sus poemas: la libertad de ser.

Bibliografía

http://www.josemarti.cu/biografia/

https://aprende.guatemala.com/historia/personajes/historia-nina-de-guatemala/

https://www.uv.mx/jose-marti/semblanza-de-jose-marti/

https://pacocol.org/index.php/noticias/cultura/6807-jose-marti-un-hombre-contemporaneo

Martí, José (1891). Versos Sencillos. New York: Louis Weiss A CO.

 

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