Miedo del miedo y otros poemas – Emmanuel de los Robles (México)

Miedo del miedo

El miedo es un cernícalo que canta
de anticipo, profético y fortuito.
El miedo es un callado y necio grito
que esperas en silencio y te quebranta.

Y su garra sujeta tu garganta
previo a que con su sombra, pajarito,
tape el sol advirtiendo su apetito.
Que incluso satisfecho te hace yanta.

Te acosa como acosan los fantasmas,
–sin existir, sonámbulos –, que piensas
con garras de cartílago y te pasmas.

Hasta no ver en vuelo las extensas
dos alas del raptor, y ectoplasmas
puedas ver, hasta entonces hay defensas.

 

Tinta

La tinta es el espejo de una vida,
el papel, la prisión de una añoranza,
los dos son un oasis de esperanza
en el crudo desierto de mi herida.

Es yesca de la sangre enardecida,
fuego sólido, nítida alabanza;
los recuerdos son punta de una lanza
que causa en mi costado cruel herida.

Ya bebo del oasis en la arena,
nostálgico, dejándole mis huellas,
que alguien más las encuentre a su llegada.

Clavo la lanza en tierra tan sagrada,
acostado, la vista en las estrellas,
y toco los rastrojos de mi pena.

 

Revolución

Una revolución empezaremos
para traer palomas a los campos
y con plumas blancas
abrir parques y cerrar carnicerías.

Seamos los cantares más blasfemos
de palomas que cantan en las bancas,
una revolución como querías.
Seamos meteorito y turbulencia,
el huracán sobre los cuervos,
seamos cazadores de raptores.

Seamos la conciencia.
Si lo quieres, lúcido y sagaz,
frente al tiranosaurio
los nombres en granito escribiremos.
Actuemos cual palomas de batalla
en el súbito y fugaz
suspiro de los vientos más extremos
que tiran con estruendo la muralla.

Hagamos un sagrado pacto vivo,
entonces tú, cumpliendo con tu parte
serás la hoja, serás la empuñadura,
el grande héroe furtivo
que simbolice
           la anfisbena, la estrella y el león.
metáfora antitética de lucha
y tinta de la mano de la lucha.

Hoy tú, cual fuego griego inapagable,
cual tormenta pirómana de Dios,
cual látigo en la espalda del odiable
arderás incansable
en las plantas dromesáuridas del reptil.

Y yo entonces,
sólo entonces,
al cumplir con mi parte:
haré una ceremonia,
la haré todos los años,
te he de dar homenaje en adelante,
recordaré por siempre tu partida.
Guardaré con el alma adolorida,
solemne y respetuoso
y mis flores pondré en tu heroica tumba.

 

 

Emmanuel de los Robles

Originario de Texcoco, Estado de México. Es estudiante de la Universidad Autónoma Metropolitana. Autor de Con Unos y con Ceros (Sediento, 2014) y ha publicado en media docena de revistas literarias. Entusiasta de la literatura fantástica, la paleontología y las aves.

 

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