La importancia de ser Oscar Wilde, el gigante

¿Éste es Oscar Wilde?

Cuando era pequeña solía visitar frecuentemente la casa de mi abuela, donde tuve contacto con la literatura escrita y oral, ésta última gracias a que mi tía abuela aprovechaba la sobremesa para contarnos historias de todo tipo: historias de mi familia, leyendas del México Colonial y de Horacio Quiroga, por ejemplo. Como fanática de las historias siempre escuché con mucho entusiasmo cada una.

Como niña lectora, disfrutaba visitar por horas el librero que mi abuela tenía junto a su puerta, por lo que, en cada visita, aproveché para leer cada libro en pequeñas dosis. Uno de ellos, de pasta dura y roja, que contenía cuentos lindamente ilustrados, me marcó profundamente. Al leerlo, reconocí dos de tantas historias de sobremesa: El príncipe feliz y El ruiseñor y la rosa.

Esos cuentos me destrozaron completamente: ambas historias implican el sacrificio de dos aves por amor que cultivaron hacia un joven y así brindarle felicidad. Ya en mi temprana adolescencia, leí un par de novelas, El fantasma de Canterville y El retrato de Dorian Gray, la cual me fascinó por su trama, descripciones y su premisa sobre la belleza. Cuando me acerqué al teatro, llegué a La importancia de llamarse Ernesto.

Inconscientemente había vuelto, una y otra vez, a uno de los más grandes escritores de todos los tiempos. Poco después caí en cuenta de que estaba leyendo a Oscar Wilde. Hasta hace poco fue que empecé a interesarme nuevamente en sus libros, sobre todo, en su vida. Encontré en esta labor de investigación algunos datos que me gustaría compartirte:

El retrato de Oscar Wilde

Oscar Wilde nació en Dublín el 16 de octubre de 1854. Su familia era de clase acomodada. Su padre, Sir William Wilde era un médico muy prestigioso. Lady Wilde, su madre, le enseñó artes y el amor por la literatura, pues fue una reconocida poeta y lectora asidua. Ella le permitía asistir a las tertulias que organizaba con sus amigos, entre ellos, artistas de la época, pero no le dejaba participar activamente en ellas.

Estudió en una de las escuelas más prestigiosas de Dublín, en el Trinity College y luego en Oxford en 1874. Pronto se vio inmerso en el mundo del arte italiano y clásico y estudió a los grandes renacentistas. Así aprovechó para viajar por Italia y por el mundo. La búsqueda de la belleza se vuelve uno de sus propósitos estéticos como artista. Se vinculó con la alta burguesía, comenzó a establecer relaciones estrechas con los dramaturgos, actores, poetas y escritores de la época.

Su personalidad extrovertida, vestimenta de dandy, su ingenio y gran habilidad verbal, lo convirtieron inmediatamente en una figura conocida y proyectaría la imagen del excéntrico artista que se distinguía donde fuera.

En 1881 publicó Poems donde se encontraban los poemas que escribió durante su fase universitaria. Al año siguiente, viajó a Estados Unidos y a algunas ciudades de Canadá durante un año completo. Ahí dio múltiples conferencias donde leía poesía, hablaba del arte, la poesía, proclamaba los principios de su estética e, incluso, charlaba sobre el diseño de los hogares y la belleza del mobiliario hogareño inglés.

Aunque la prensa estadounidense le criticó fuertemente por sus ademanes, atuendos y la teatralidad de sus conferencias, tuvo siempre gran afluencia en ellas. Wilde se enorgullecía de convocar y llamar la atención de un público mucho más grande que el de Charles Dickens. Probablemente, dicho éxito se debió a su estilo único de vestir, de dandy, pues fue un tema del que se habló mucho en los medios de la época.

A su regreso a Europa, en 1883, vivió unos meses en París, donde conoció y trató con algunas figuras importantes como Victor Hugo, Emile Zolá, Edgar Degas y Paul Verlaine, por mencionar a algunos. Este contacto con la comunidad artística francesa le sirvió para terminar de afinar ese estilo de dandy que lo caracterizó y aspiraba a representar. Una de sus profundas influencias para este fin fue Charles Baudelaire y varias de sus obras, como Le Dandy en El pintor de la vida moderna y Las flores del mal.

Para 1884, Oscar Wilde contrajo matrimonio con Constance Lloyd, hija de un importante abogado irlandés. En los dos años siguientes tuvieron a sus hijos Cyril y Vyvyan. A partir de entonces, Wilde llevó una vida familiar y por tanto, aumentó su actividad literaria: del 84 al 90 escribió reseñas para Pall Mall Gazett y en 1887 se convirtió en el director de la revista mensual The Woman’s World.

En 1888 publicó El príncipe feliz y otros cuentos, libro que escribió para sus hijos. Para 1891, escribió Intentions, una serie de ensayos donde plasma sus reflexiones sobre la vida, el arte y cómo es que no existen obras morales o inmorales, sino sólo obras bien escritas o mal escritas.

En 1891 escribió El alma del hombre bajo el socialismo, donde establece los principios del nuevo Socialismo (en el que cada hombre alcanzará su perfección). Aquí se percibe un cambio en su forma de pensamiento, pues se aleja de la estética clásica que predicaba al principio de su carrera. También se imprime en este año El Retrato de Dorian Gray. Aquí aborda una idea recurrente de la época (el individuo que quiere mantenerse joven a toda costa, como en el Fausto de Goethe, por ejemplo), pero contada con herencia de algunos elementos góticos, fantásticos y sobrenaturales.

En el prefacio de Dorian Gray se lee, entre otras frases, las siguientes: “Ningún artista es morboso jamás. El artista puede expresarlo todo”, “Vicio y virtud son para el artista materiales de arte”. Estas declaraciones causaron indignación en los intelectuales de la época, pues no las emite ningún personaje, sino el mismo Oscar Wilde, quien aprovechó esta obra para insistir en la separación del arte y la moral, así como para plasmar su crítica al canon.

Para ese mismo año se publicaron dos libros de relatos: Una casa de granadas, constituido de falsos cuentos infantiles, ya que estaba dirigido a adultos, y El crimen de Lord Arthur Saville, donde se narra que dicho Lord tiene la necesidad de hacer algo muy importante antes de casarse: cometer un crimen.

Como dato adicional, el dramaturgo español, Alejandro Casona (quien escribió Los árboles mueren de pie) hizo una adaptación de este relato al teatro, se llama El crimen de Lord Arturo, por si quieres leerlo.

Oscar Wilde

Una casa de granadas

Es en 1981 el año en el que Oscar Wilde se consolida como escritor y publica todas estas obras, como ya he dicho. Pero es el año también en el que se avecinan sus desgracias, pues fue cuando quedó deslumbrado por un estudiante de Oxford, Alfred Douglas “Bosie”, a quien acogió y le amparó económicamente, pues estaba siendo víctima de chantajes. Vivió con él, realizaron visitas sociales a donde fuere, le costeaba toda clase de lujos y viajes. Esta relación en particular causaría que se distanciara de su esposa.

Después de varias discusiones, el padre de “Bosie” realizó una acusación formal en contra del escritor, alegando que Wilde era una mala influencia para su hijo y le señaló de sodomita. El escritor le demandó por difamación. Pese a las advertencias de sus amigos, el dramaturgo decidió presentarse a juicio, donde fue acusado de corrupción de jóvenes y de ser homosexual.

En mayo de 1895 fue condenado por ese motivo a dos años de prisión y trabajos forzados. Este hecho fue el declive de su carrera, se quedó sin recursos económicos y todas sus obras fueron retiradas de la escena. Después de varios meses, se reconcilió con la pluma y escribió durante su encierro De profundis.

En 1897 fue puesto en libertad y al año siguiente publicó La balada de la cárcel de Reading, poesía que también escribió durante su reclusión. Ahí reflexiona sobre su vida durante ese periodo.

Ya libre, su entorno social se vio severamente afectado. Intentó reestablecer el contacto con sus amigos, pero muchos se negaron a verle, avergonzados.

Pudo reencontrarse con Alfred, aunque sólo estuvieron juntos un par de meses. Intentó recuperar la relación con sus hijos, pero Constance se había mudado con ellos a Suiza, les cambió el apellido por Holland y le negó todo contacto con ellos. Después de esta serie de desencantos, Wilde se vio incapaz de escribir comedias nuevamente y comenzó a beber. Murió en noviembre de 1900 de meningitis, consecuencia agravada de una infección en el oído que contrajo en prisión y que fue tratada negligentemente.

Oscar Wilde fue una de las primeras celebridades de las que tenemos registro, su ingenio, provocación, ironía, sarcasmo, talento e irreverencia los plasmó en sus obras, pero también fueron parte de su sello personal. Su extravagancia, inteligencia y autenticidad lo hicieron una figura relevante de su época. Sus obras han logrado trascender el tiempo y encontrar nuevos lectores cada vez.

Bibliografía:

-Los desafíos estéticos y sociales de Oscar Wilde:

https://www.youtube.com/watch?v=NWXI748lEHI

-Romain, Hervé. Oscar Wilde. El esplendor y la decadencia de un dandi escritor. En Cincuenta Minutos.

Más información sobre el episodio de encarcelamiento del escritor:

– https://historia.nationalgeographic.com.es/a/reina-contra-oscar-wilde-a-carcel-por-homosexual_14461/5

Autor: Bárbara Olguín

Déjanos tu comentario
Tags:

Tal vez pueda interesarte...