Howard Phillips Lovecraft nació en Providence, Estados Unidos, el 20 de agosto de 1890 y es reconocido por ser uno de los escritores de horror más importantes de la literatura universal. Para entender a qué se refiere este concepto resumiremos algunas de las ideas más relevantes de un ensayo escrito por Lovecraft titulado El horror sobrenatural en la literatura.

El autor comienza su texto con una de las frases relevantes en el género del horror: “El miedo es una de las emociones más antiguas y poderosas de la humanidad, y el miedo más antiguo y poderoso es el temor a lo desconocido.”[1] Sin duda alguna, es la tesis del escrito, pues toda su obra está basada en ese miedo. Sus criaturas son seres difíciles de imaginar o, incluso, dudamos si quien nos relata está cuerdo o el miedo lo ha consumido hasta el punto de la locura.

Lo importante para Lovecraft es el entramado que hay detrás de esto para generar el miedo en un lector, pues actualmente el horror suele ya tener derivados no sólo en la literatura, sino en las demás artes como el cine y la pintura. A continuación iremos, sigilosamente, revisando cómo se logra este efecto en el lector.

Pacto ficcional

Todos los que leemos siempre establecemos un pacto imaginario con el libro, el cual nos predispone para dejarnos llevar por los caminos deparados para nosotros. ¿Por qué es tan importante este pacto? Pues bien, H.P. Lovecraft menciona que la mayoría de los seres humanos evaden la vida cotidiana y en especial aquello que los haga salir de una rutina, pero existen seres sensibles, quienes son invadidos por una inquietud dentro de lo más recóndito de su mente, y eso los remonta al miedo del inicio de los tiempos, cuando los hombres experimentaban el descubrimiento del mundo.

El lector, al igual que aquellos seres, estará dispuesto a dejar que su mente se guíe por esa inquietud sembrada por algún indicio, situación o descripción por parte del autor.

Horror cósmico

Dentro del pacto se encuentra lo que uno de los padres del horror describe como horror cósmico, ese que remite a la muerte y se presenta mediante lo psicológico y lo físico, al respecto menciona que los textos de horror fantástico con este tipo de horror deben contener lo siguiente:

Debe respirarse en ellos una definida atmósfera de ansiedad e inexplicable temor ante lo ignoto y el más allá; ha de insinuarse la presencia de fuerzas desconocidas, y sugerir, con pinceladas concretas, ese concepto abrumador para la mente humana: la maligna violación o derrota de las leyes inmutables de la naturaleza, las cuales representan nuestra única salvaguardia contra la invasión del caos y los demonios de los abismos exteriores.[2]

Por supuesto que no es fácil crear una trama de este tipo, pues quien escribe debe encontrar ese recóndito lugar, donde la mente creativa ya no encuentra una respuesta a lo que sucede con base en los modelos de razonamiento que conoce y cae en esa vorágine de lo que llamamos “lo desconocido”. 

Lo macabro vs el horror

La gran diferencia entre un texto macabro y un texto de horror no sólo se encuentra en la intención del autor pues, según el escritor estadounidense, el primero tiene una intención social mientras que el segundo tiene la intención de llevar al lector al tope de la emoción y a encontrar ese miedo instintivo (cósmico) que desde la antigüedad hemos experimentado, es decir, el miedo del primer hombre que se enfrentó a la primera tormenta o a la sorpresa del fuego.

Más allá de la intención está el punto clave y es la atmósfera. El escritor debe generar el medio adecuado para que la duda se vuelva una inquietud incesante, cual taladro, en la mente del lector:

La atmósfera es siempre el elemento más importante, por cuanto el criterio final de la autenticidad de un texto no reside en su argumento, sino en la creación de un estado de ánimo determinado.[…] El único comprobante de lo auténticamente sobrenatural es el siguiente: saber si suscita o no en el lector un profundo sentimiento de inquietud al contacto con lo desconocido, una actitud de aprensión frente al avance insidioso del espanto, como si se estuviese escuchando el batir de unas alas tenebrosas o el movimiento de criaturas informes en el límite más remoto del universo conocido. Y naturalmente, cuanto mejor se logre evocar esa atmósfera a lo largo de todo el cuento, tanto mejor será su efecto artístico en ese tipo de literatura.

Conclusión

Los mecanismos para generar horror, pueden ser muchos. Edgar Allan Poe podría ser uno de los autores referentes también del género, sin embargo, el camino de H.P. Lovecraft se torna un poco distinto, pues detrás de sus relatos está la intención de generar una emoción primigenia e instintiva como el miedo a lo desconocido. Leer a este autor es enfrentarte al horror de lo que no puedes controlar, por más tecnología que se tenga en pleno 2021 y es, también, devolvernos a esos orígenes donde el hombre no es más que un ser finito en el infinito.

[1] Lovecraft, H.P. El horror sobrenatural en la literatura. Tomado de: http://www.alconet.com.ar/varios/libros/e-book_e/El_horror_sobrenatural_en_la_literatura.pdf

[2] Ibid, p 8

Norma Aguilera

Escribiente que preferiría no hacerlo, lectora de lo ajeno y fanática de Bolaño.