Hölderlin, el loco de la torre


La verdadera esencia del romanticismo es la incertidumbre.

                                                                                    Oscar Wilde.[1]

El romanticismo ha sido uno de los movimientos literarios que evidencian el sentir y el pensar de los individuos en los sectores socioculturales de una nación o el mundo. Convirtiéndose la poesía en una proclamación de la libertad individual y social, cultivando la espontaneidad en donde la angustia metafísica y la evasión de la realidad es idealista.  Es decir, que los seres humanos sueñan con arcoíris posibles en un mundo incierto y desolador.

Grandes son las voces que han acompañado este movimiento como: Lord Byron, Víctor Hugo, Bysshe Shelley, John Keats, Alfred Musset, Giacomo Leopardi, Pushkin y Hölderlin. Este último, el poeta alemán que se caracterizó por vivir aislado 36 años en una torre, quien logró que su poesía viajara por el mundo. Con una infancia marcada por la muerte de su padre y padrastro, eventos que lo llevaron a inclinarse años más tarde por la filosofía y contacto permanente con los grandes filósofos que marcarían su camino como: Hegel y Schelling.

Desde esa perspectiva, sus estudios filosóficos se reflejan en su obra lírica acompañada de la literatura griega que plasma la naturaleza y la armonía. Elementos que lo acompañaron en sus estudios de humanidades cuando se mudó a la ciudad de Jena, en el estado de Turingia en 1800 y que junto al de Weimar, se convertirán años más tarde en el centro de cultura de Alemania. Además, estuvo trabajando en conjunto con autores como Johann Wolfgang von Goethe, Johann Gottlieb Fichte y Schiller, quienes serán considerados los dramaturgos más importantes de Alemania.

Al llegar a este punto es importante señalar que Hölderlin padeció de problemas mentales que lo acompañaron debido a su amor por la esposa de su jefe el banquero Gontard y la inspiración que ella causó en sus poemas.  Es importante señalar que la muerte de su gran amor hace que sus problemas mentales sean declarados incurables y que su escritura sea más fructífera, lo cual hizo que el romanticismo se establezca como la representación del amor.  Esto indica que Hölderlin es el loco de los versos que transcendió el mundo en poemas como:

Edades de la vida

¡Oh, urbes del Éufrates!
¡Oh, calles de Palmira!
¡Oh, bosques de columnas sobre el llanto desierto!
¿Qué sois?
De vuestras coronas,
al haber traspasado los límites
de aquellos que respiran,
por el humo de los dioses
y su fuego fuisteis despojadas;
pero sentado ahora bajo nubes ( cada
cual reposando en su propia quietud)
bajo robles hospitalarios, en
la umbría donde pacen los corzos,
extrañas se me hacen y muertas
las almas venturosas.

Canto del destino de Hiperión

Vagáis arriba en la luz,
en blando suelo, ¡genios felices!
brisas de Dios, radiantes,
suaves os rozan
como los dedos de la artista
las cuerdas santas.

Sin sino, como infantes
que duermen, respiran los dioses;
resplandecen
en casto capullo guardados
sus espíritus
eternamente.
Y en sus ojos beatos
brilla tranquilo
fulgor perpetuo.

Mas no nos es dado
en sitio alguno posar.
Vacilan y caen
los hombres sufrientes,
ciegos, de una
hora en la otra,
como aguas de roca
en roca lanzados,
eternamente, hacia lo incierto.

Grecia

Tanto vale el hombre y tanto vale el esplendor de la vida,
Los hombres a menudo son amos de la naturaleza,
Para ellos la tierra hermosa no está escondida,
Sino que con dulzura se desnuda mañana y tarde.

Los campos abiertos son como los días de la siega,
Alrededor se extiende espiritual la vieja Leyenda,
Una vida nueva vuelve siempre a nuestra humanidad,
Y el año se inclina aún una vez silenciosamente.

El llamado es a leerlo y descubrir que el romanticismo son los sucesos individuales y en conjunto que han atravesado los seres humanos como una posibilidad de pensar y sentir el mundo o la vida como alternativas distintas a las establecidas por una sociedad, convirtiéndose el amor en el faro de este caminar.

 

Referencias bibliográficas

Bolaños, C. S.; Cadavid, M. J. H; Martínez, L. J. y Sánchez, L.C. F. (1996). Lengua Castellana 11. Bogotá: Grupo Editorial Norma Educativa S.A.

Hölderlin, F. (2006). Antología Poética.  España: Ediciones Cátedra.

[1] Poeta, dramaturgo, novelista, crítico literario y ensayista irlandés, autor de El retrato de Dorian Gray (1891), El abanico de Lady Windermere (1892), La importancia de llamarse Ernesto (1895) y De profundis (1905).

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