Death note: elementos de religiosidad

La cultura pop tiene entre sus haberes la responsabilidad de educar y enseñar a las actuales generaciones y compartir una nueva perspectiva de vida. Así, el siguiente texto es el estudio del ánime llamado Death Note, en el cual surgen dos tópicos que llaman la atención: el detective y el complejo de Dios. En las siguientes páginas desglosaré las características en que opera este agente policial llamado “L”, sus manías y su construcción como personaje, así como al protagonista: Light Yagami.

En lo que concierne a este ensayo, me guiaré en el ánime basado en el manga del escritor Tsugumi Ōba, cuya aparición fue en el 2006. Tomaré en cuenta solo los veinticinco primeros capítulos porque son donde aparece “L”, además que de que cierran la historia original.

El capítulo dos anuncia la entrada del detective: es a través de pantallas y una “L” mayúscula que ocupa el espacio. El jefe de la policía japonesa y todos los representantes de las demás naciones aseguran que ese individuo es el mejor de todos, que resuelve los casos más complicados y que su identidad está en el anonimato. La semejanza con un detective de la literatura se hace evidente; con Sherlock comparte esa manía por los problemas complejos.

 La narrativa de esta serie se centra en este agente y en Ligh Yagami, quien es el antagonista. Ambos se buscan sin conocer ni su nombre ni su rostro. En ese punto de la historia todas las víctimas mueren de ataques al corazón, este curioso modus operandi crea misterio, por lo que la intervención de “L” es clara. Para entender la situación de este detective me situaré en su punto de vista.  Él siente que está ante alguien inusual, un asesino que mata sin estar presente y a grandes distancias. Más que un individuo, puede incluso llegar a pensar que quien mata es una deidad caprichosa, como en el mundo de Death note existe la creencia en seres superiores llamados Shinigamis, bien podría tratarse de uno de ellos. Por su parte, para Light él es su único obstáculo para su meta y eliminarlo significará el que logre actuar con libertad.

Aquí señalaré otro punto crucial: la religiosidad. El anime está plagado de referencias a la religión judeocristiana. Así, ocurre el sincretismo entre occidente y Oriente. “La religión tiene una gran vinculación, en cuanto al concepto de profeta y el concepto de Dios”[1]Esto está arraigado en los protagónicos, en Ligh cuyo apodo es el de Kira que se convence a sí mismo que es nuevo Dios del mundo y en “L” en esa omnisciencia del que da muestra al momento de resolver sus casos.

“L” aparece en concreto hasta al capítulo seis ahí se nos muestra su personalidad a través de sus actos. La postura que toma al sentarse, la afinidad por el azúcar, el que nunca parpadeé, alimenta la construcción del personaje, un tipo ajeno a lo normal.

Estos personajes se complementan. Light, cuyo significado es luz contrasta con “L” que es más hermético, más oscuro. La referencia al Yang-Yang se hace visible. Ambos significan ser el opuesto del otro. Existe similitud, “Hay algo en ti que me recuerda a L” Dijo Naomi Misora en cierto capítulo.

El escritor mexicano Salvador Elizondo propone en su Teoría del infierno una luz para aclarar estos conceptos orientales: “Lo luminoso y lo sombrío expresada su correlación mediante mediante un armonioso juego de curvas congruentes”[2], más adelante aclara que “La diferencia entre estos elementos está compensada en por la partícula de su complementario inscrita en cada uno de los elementos”[3]. Así, estos personajes parecidos en su esencia enmarcan el antagonismo del ánime. Entre uno que se cree un Dios y el otro que es un detective que todo lo resuelve hay un parecido.

Al igual que en el ensayo sobre Foster Kane, donde hablé del poder de los medios de comunicación, en el mundo de Death Note cumplen una poderosa función: validan a L como el mejor detective y crean a “Kira” que es el pseudónimo de Light. Así, ellos representan las dos caras de la justicia: el primero es el institucional, el que aprueban los gobiernos; el segundo, es el que las personas aplauden a través de medios como el internet donde pueden decir lo que realmente sienten y le dan mérito da Kira por matar a los criminales.

En el primero, los medios, las leyes, el procedimiento penal son los instrumentos para ejercer la condena: lo que da como fin una cadena perpetua o una muerte por inyección letal, o que está justificado por los gobiernos. En el segundo, Kira, mata a los criminales por medio de ataques al corazón, una muerte rápida, natural y digna. Evita las largas de los procesos de justicia y es efectiva. El autor del manga trasluce la ambigüedad del término justicia.

El autor es también un personaje en sí mismo. Al parecer no se conoce mucho de su vida o de cómo es su apariencia física. Se especula que en realidad es una mujer y que tiene hábitos semejantes a L. La relación entre autor y personaje es clara. Se puede decir que éste último es la representación del primero.

La inteligencia y la soledad son puntos en común entre los protagonistas del anime. “L” en su vida solo tiene a Guatari como compañero y Ligth aunque tiene familia siempre está alejado. Las relaciones amorosas le son ajenas a ambos y aunque Yagami es popular y atractivo, pero esto no le importa tanto, su prioridad es meramente intelectiva.

Light sufre una apoteosis, es decir, su figura popular “Kira” se ensalza hasta tal punto que se le compara con un Dios. Él mismo se nombra así en múltiples ocasiones. El poder casual que encontró en la libreta lo corrompe hasta el punto de sentirse una divinidad. Si pensamos en el Light de antes de tener la Death Note nos encontramos con un tipo amable y educado. El que después resulta ser un tipo corrompido por el poder y con una necesidad de querer imponer su autoridad.

Por su parte “L” es el detective más cercano a Sherlock por su excentricidad. Los motivos que lo llevaron a ser quien es se encuentran en su infancia. En el ánime se nos muestra que fue huérfano y que Guatari fue quien lo adoptó. Así, esto nos sugiere que la ausencia de una identidad, de una pertenencia, le motivó a ejercer el rubro policiaco. El que se nombre con una letra es también un indicio de esto. Sin familia, sin identidad, puede adoptar la que más le convenga y claro que saca provecho de eso. En la animación se dice que los tres mejores detectives del mundo son él mismo con diferente nombre.

Un ejemplo claro donde la religiosidad es expresada es la escena cuando “L” le seca los pies a Light. Nunca sabremos si alguna vez lo consideró su amigo o si sólo lo decía para tenerlo cerca o darle confianza. El Judas que mata a su amigo. Light  mata a “L”. La historia es una repetición. Las campanas que anuncian la muerte del detective son el elemento simbólico más significativo de “L” quien sabía lo que le iba a suceder. No es distinto al Jesús en Getsemaní.

Así, la serie nos muestra los siguientes temas: la ambigüedad de la justicia, el poder que corrompe a los individuos, la búsqueda de la identidad de las personas, el sincretismo religioso. Estos tópicos están bien ejecutados y nos logra introducir en su mundo donde habitan dioses de la muerte.

Lo curioso de la libreta es que a pesar de ser prueba de la existencia de estos dioses de la muerte o Shinigamis, es también la prueba de la inexistencia del cielo y el infierno, porque en una regla especifica que está en la libreta se lee que todo humano al morir se va a la nada. Por tanto, la creencia en un más allá, donde se castiga o se premia por las acciones, fue hecha como burla por parte de los dioses de la muerte y también del autor del manga.

Autor: José de Jesús López Avendaño

[1] Para más información consúltese la Pág. 141 de la tesis doctoral de Iván Rodríguez Fernandez titulada El realismo en el ánime.

[2] Pág, 120 en el esayo titulado “I Ching”.

[3] Ibid.

Déjanos tu comentario
Tags:

Tal vez pueda interesarte...