Como agua para chocolate: análisis litero-gastronómica

 

La forma en la que nos comunicamos con los demás suele ir más allá de la lengua misma, incluso, a veces necesitamos crear nuevos lenguajes con base en nuestras necesidades, el contexto o la simple intención comunicativa. Justamente en Como agua para chocolate, observamos, capítulo a capítulo, cómo es que Tita de la Garza construyó un lenguaje amoroso-culinario para comunicarse con Pedro Muzquiz.

Por su parte, sabemos, también, que la cocina se encuentra como una disciplina que comparte afinidades con diferentes artes y ciencias, la literatura es una de ellas y un ejemplo claro es la novela de Laura Esquivel. Otros autores han realizado trabajos de la misma forma, donde la gastronomía es el eje de la comunicación debido a la forma relativamente sencilla de lo cotidiano. Sabemos que todos debemos comer y es también la forma en la que lo hacemos lo que nos identifica como pertenecientes a una región/grupo particular, tal es el caso de los Hot Dogs que nos refieren a EUA, de los tacos, que indudablemente dicen México, de la Pizza que nos lleva hasta Italia o del sushi que nos transporta a Japón.

Datos sobre el lenguaje

La parte más destacable de la novela es la forma en la que se encuentra narrada, los personajes son presentados como los ingredientes de una gran receta que se irá cocinando a lo largo de las entregas mensuales. Es también importante señalar que se incluyen las recetas de cada mes y se brinda el procedimiento de elaboración del plato mientras la historia es narrada.

Como se nos hace saber al inicio de la novela, Tita nace con un destino marcado, muy al estilo griego, el cual dictaba que el matrimonio le estaría negado en esta vida. Sabemos que ella nació llorando con gran intensidad por ese hecho y que sus lágrimas generaron varios kilos de sal. Asimismo, sabemos que Tita se mantuvo en la cocina con Nacha y que fue cambiando su código desde pequeña, pues su gozo estaba al comer.

Paralelo a lo anterior, dentro de los capítulos podemos encontrar el uso del lenguaje gastronómico cotidiano que hasta el día de hoy se mantiene en uso como en estos ejemplos: ¨el niño viene con la torta bajo el brazo¨, ¨le echa mucha salsa a sus tacos¨ o ¨de lengua me como un taco¨, que si bien no son los que se hayan en la novela,  sí invitan al lector a encontrarlos en ella o a preguntarse cuántas de estas frases conocemos y cómo las usamos.

La tradición y el código

Al quedar Tita como  cocinera de la casa de su madre, mamá Elena, nos damos cuenta que ella fue elegida como parte de un linaje de cocineras que se transmitieron un código culinario. Tita comienza a cocinar maravillas de platillos y con ellos demuestra su amor. Se le considera como a una poeta: “Y así como el poeta juega con las palabras, así ella jugaba con los ingredientes y con las cantidades, obteniendo resultados fenomenales”.

Con base en lo anterior, el análisis que se puede hacer a la novela tiene diferentes enfoques sobre qué es Tita y por qué lo es, pues el personaje principal es mencionado como una heredera del conocimiento y que, a su vez, nos acerca al mestizaje culinario o a lo que conocemos, ahora, como cocina mexicana. Tita es, entonces, la alquimista de los sabores, la escultora de los platos, la poeta de los ingredientes y el puente entre la historia y lo moderno.

Conforme avanzan los capítulos, Tita se consolida como la emisora, Pedro y demás comensales como los receptores, las emociones como el mensaje, los alimentos como el canal, la cocina [la mayoría de las veces] como el contexto, las recetas y enseñanzas ancestrales como el código y los platillos como el canal. Esto se ve ejemplificado en el capítulo 3 donde Gertrudis es presa de la lujuria, la cual existía entre Pedro y Tita, quienes al no poder comunicarse normalmente, se hablaban mediante la comida, pero en ese apartado, fue la mencionada hermana de Tita quien sufrió las consecuencias.

La química vs El realismo mágico 

Una parte importante para analizar dentro de toda la novela son los factores que no se mencionan o que se esconden para generar una especie de “realismo mágico” que si bien suele funcionar algunas veces, en otras debemos atender más a la química, pues es la reacción química que ciertos alimentos provocan en los personajes lo que provoca que algunos de ellos resientan los efectos secundarios de ¨los sentimientos¨ de Tita. Claro ejemplo es el llorar sin control al cortar cebolla, que se debe a la reacción de los sulfatos y las enzimas, mecanismo del vegetal para el control de las plagas; la caramelización, que es el proceso de ruptura en las cadenas de la sacarosa por medio del calor y que al agregar agua nos da como resultado el caramelo que todos conocemos, o el más extraño que se da con el chorizo que se da por la falta de manejo higiénico de los alimentos, donde el CHATTO – que es  el acrónimo de los factores de proliferación de las bacterias en los alimentos: comida, humedad, acidez, tiempo, temperatura y oxígeno – juega el papel de enojo por parte de Tita al enterarse de una mala noticia en lo que resulta en el agusanado de la carne.

Consolidación de un lenguaje 

Otro ejemplo de consolidación del lenguaje es mediante otros códigos y préstamos que se da en nuestra lengua, los cuales también se presentan en el código culinario de Tita. En cuanto a los códigos, pensemos que la lengua también echa mano del lenguaje visual para comunicarnos, las caricias o los abrazos también podrían ser parte del código. En cuanto a Tita, podemos decir que, por un lado, extiende su código mediante lo que el doctor Brown le cuenta sobre la caja de cerillos interior que todos tenemos y, por el otro, mediante los préstamos; uno de ellos es la preparación de un platillo de Medio Oriente, como es la Rosca de reyes, el cual Tita aprovecha por la tradición del “niño dios”  para pedir dos deseos.

Por otro lado, la competencia lingüística como la culinaria se hacen presentes cuando Gertrudis trata de hacer las Torrejas de nata, sin embargo, ella no comprende nada de medidas y necesita más ayuda para descifrar aquella receta que pareciera fácil, ahí se demuestra como Tita conocía bien el lenguaje culinario y que al hablar otro idioma, será difícil inmiscuirnos en alguna plática si no comprendemos ese idioma.

Finalmente, se puede decir que los platillos y en general todo lo que conlleva su preparación son la muestra de la gastronomía como  medio de comunicación e identificación entre el lector y los personajes, ya que es parte de nuestras vidas y está visto desde el enfoque literario.

Coautor: Cesar A. González

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