Condena y libertad: los rostros maduros de la prostitución en La Merced, México

Maya Goded, fotógrafa y cineasta mexicana, se ocupó durante varios años de retratar a las mujeres que trabajan como sexoservidoras en La Merced en instantáneas que representaban un tiempo fijo y que, sin embargo, dejaban ver el pasado y el futuro de aquel instante (Aquí puedes ver el proyecto); pero conforme se acercaba más a ellas surgió la necesidad de un proyecto desde la cinematografía para presentar sus historias como un retrato vivo y en movimiento. Así nace Plaza de la soledad, un documental dedicado a explorar la espiritualidad, la feminidad, el amor y la sexualidad de estas mujeres, cuyas edades van de los 50 a los 80 años y a las cuales pocas veces se nos ocurre ver desde estas perspectivas porque su edad y profesión las excluye automáticamente de ello.

Plaza de la soledad relata las historias de las sexoservidoras, el rechazo de sus familias, los abusos sexuales que las llevaron a ser vistas como culpables y las hicieron buscar el amor y la comprensión en ellas mismas, rechazando por completo a una figura masculina en sus vidas o entendiendo su papel desde la libertad. El documental presenta desde diversos ángulos los aspectos más íntimos y frágiles de estas mujeres, quienes ni siquiera en el ocaso de la vida pueden liberarse de nuestros prejuicios: de la incomodidad que provoca mirar a una prostituta de 70 años.

Fotografía: Maya Goded

En el filme se exploran estas cuestiones en el contexto de pobreza, desigualdad y marginalidad de la sociedad mexicana, los cuales se vuelven determinantes para aquellos que sufren abusos y viven en una sociedad machista y con una religiosidad intolerante. Desde ahí se impone una condena que define la manera en que las personas viven, sin embargo, al ser expulsadas de una estructura aceptada también se deslindan de ideas que limitan la sexualidad y la espiritualidad, y se llega a ellas desde un lugar que cuesta, pero que permite ver con más claridad. Es ahí, al margen, donde se encuentra el apoyo, la comprensión, el cariño, la sinceridad y la libertad, el cual es quizá el bien más preciado.

Las mujeres prescinden de las leyes y encuentran que las convenciones sociales no valen para una sociedad que, irónicamente, las ha relegado, pero las mantiene en sus límites como una sentencia cruel, como un punto de escape para todas las perversiones y deseos reprimidos purgados a costa del sufrimiento de los que no se ven como personas, sino como chivos expiatorios. Esto conlleva a un sentimiento de no pertenencia, de exclusión y de soledad que define sus vidas desde temprana edad y hasta el final, porque no hay posibilidad de escape. La huida se da cuando se toma conciencia del lugar en el que se encuentran y donde es posible hallar paz.

Al mirar Plaza de la soledad podemos darnos cuenta de que las estructuras que se nos imponen nos limitan e impiden experimentar plenamente conceptos como la libertad, la cual no es algo que se pueda tener invariablemente, sino que hay que esforzarse por llegar a ella; el filme hace evidente que no siempre estamos conscientes de esa lucha porque creemos firme algo inestable.

Plaza de la soledad (2016)
Director: Maya Goded

Guión: Maya Goded
Fotografía: Maya Goded
Productora: Coproducción México-Holanda; Monstro Films / La Sombra del Guayabo, / Alebrije Cine y Video
País: México
Duración: 78 minutos

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