La morfología del cuento geek: Star Wars (Parte I)

 

Star Wars ha sido un hito en la cultura popular del siglo XX. La saga de películas es uno de los temas más recurrentes en nuestros tiempos, y no es para menos que la trilogía original comenzara a expandirse debido a las demandas de los fans, ya que no sólo se produjeron 3 precuelas de la trilogía original, sino que, hoy en día, están en proceso un par de largometrajes más, sin mencionar las series y caricaturas que engloban todo un cosmos de la saga.

A partir de la invención de todo un universo y de personajes populares en la cultura geek se ha creado un culto con millones de fanáticos alrededor del mundo, pero, ¿qué hace de Star Wars una obra imprescindible? ¿Cómo funciona y cómo se constituye? Podría parecer complejo, sin embargo, al atender a su composición narrativa podremos darnos cuenta que George Lucas, su autor, ha respetado al pie de la letra una gran cantidad de elementos arquetípicos del cuento tradicional.

¿Cómo es que Star Wars es el cuento clásico más popular de nuestro siglo? Para comenzar debemos mencionar que toda obra fílmica parte de un texto, es decir, un guión o argumento que relata la historia en sí; a partir de esto, nos encargaremos de tratar la obra desde su perspectiva narrativa, reparando en los elementos de composición que emplea, tales como los narradores, espacios, personajes y la secuencia de actos que constituyen la mayoría de este tipo de relatos.

Para constatar que, efectivamente, Star Wars corresponde a una estructura de cuento clásico atenderemos (en esta primera nota) un emblemático y simple elemento: el prólogo de toda la saga. Considerando desde el primer segundo de la primera película Star Wars, A New Hope (1977) en la cual se nos presenta una pantalla negra con unas palabras en azul cuya función principal es mostrarnos el comienzo clásico de un cuento:

«Hace mucho tiempo en una galaxia muy, muy lejana…» funciona por dos motivos: es el enunciado de un personaje fuera de la historia, es decir, un narrador heterodiegético, el cual repara en el filme desde su perspectiva como testigo. Esta visión como narrador puede verse limitada como recurso narrativo como lo veremos a continuación.

Al desvanecerse la pantalla negra se nos expone el título de la obra de manera imponente, para después dar paso a una introducción (también recurrente en toda la saga) que servirá para ubicar al espectador en el tiempo y los sucesos que se han desarrollado hasta el punto en el que se encuentran. El texto presentado es narrado desde la perspectiva del mismo narrador heterodiegético, el cual fue testigo de los sucesos y la lucha entre los rebeldes y el imperio, no obstante, podemos darnos cuenta que este mismo narrador no posee una focalización completa o cero, es decir, que no está al tanto de todos y cada uno de los detalles de la historia, por lo que al finalizar la presentación del texto, el narrador se ubica como la cámara dentro del filme. 

Este recurso es definido por Gérard Gennete, teórico literario, quien en su libro Figuras III define este elemento y nombra al narrador heterodiegético con una focalización cero como aquel ser omnisciente que todo lo sabe y es capaz de ingresar en los pensamientos y sentimientos de los personajes, el cual corresponde al narrador arquetípico de cuentos como La Caperucita Roja. Sin embargo, el narrador del largometraje no cuenta con esta característica precisamente para funcionar como recurso narrativo para la película y ocultar datos importantes que poco a poco se le irán revelando al lector/espectador.

Este primer repaso a Star Wars nos muestra que su composición narrativa inicial remite a la estructura del cuento tradicional. Por si esto fuera poco, existen elementos más explícitos a lo largo de la saga, como la construcción de los personajes y su interacción, cuyo análisis podrás encontrar también en este sitio. 

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