Wiplash: El tempo del sacrificio

En una de las paredes de la habitación de Andrew (Miles Teller), protagonista de esta cinta, podemos leer “Si no tienes talento, terminarás tocando Rock”.  Una frase indudablemente llena de polémica, que impacta a la vista e indigna a todo melómano amante de este género, pero que nos pone de lleno a lo que es Wiplash (2014), una cinta hostil y a la vez fascinante que nos traslada de lo grandioso a la excelencia desde la primera hasta la última escena.

Originalmente pensada para un cortometraje, Wiplash nos presenta la historia de Andrew, un joven baterista neoyorkino  que aspira a ser uno de los mejores bateristas de jazz en la historia. Estudiante en el prestigioso y ficticio conservatorio Shaffer, Andrew sabe que para alcanzar el éxito debe ser seleccionado por el profesor Terrence Fletcher (J.K. Simmons) para integrarse a su orquesta, puesto que terminará por conseguir, desconociendo que lo que él considera el mayor logro de su vida le costará sudor, lágrimas y sangre.

Fletcher es un amante del jazz, pero sobre todo de la música, sentimiento que lo impulsa, y también usa como justificación, para ser un sujeto tiránico y soberbio contra sus alumnos, cuyos abusos emocionales y físicos le sorprenderían a cualquier general del ejército. El duelo entre estudiante y  profesor será el punto central de nuestra atención, una confrontación excitante que ira elevando la expectación conforme el conflicto entre ellos se vuelve más insostenible.  Por momentos, el personaje de J.K Simmons opaca al del joven Miles Teller, pero pareciera no importar, ya que los dos protagonistas terminarán por mezclarse en una transformación  total de Andrew, llegando a una comunión tan grande en esa búsqueda de la excelencia.

Nos da la impresión de que alcanzar lo sublime sólo es para los entregados en su disciplina, donde no importa nada más y no hay tiempo ni lugar para el romance o la tranquilidad. A lo que el padre de Andrew llama ganar “perspectiva” con el tiempo, no es sino el eufemismo para decir fracaso.

Sería difícil no hacer notar que la mayoría de las escenas las podemos apreciar en planos cerrados, centrándose en los detalles, y sumado a la mezcla de sonido, nos adentra a esos momentos de preparación y nerviosismo antes y durante una presentación, que sólo los músicos han tenido el placer, o no, de experimentar. Esto te convierte ya no sólo en un espectador sino en un músico más de la orquesta.

La cinta maneja un discurso poco convencional sobre el camino al éxito, no es la tradicional película que expone un triunfo honesto sobre la adversidad en la vida, ni tampoco trata de darnos una moraleja cliché sobre el bien actuar y sus recompensas morales o materiales; es una historia cruel que hace hincapié en el sacrificio y el sufrimiento para poder trascender en un mundo hostil que, puede, nunca te lo reconozca.

Parafraseando un poco a Andrew podríamos decir: Si tienes talento, terminarás creando algo como Wiplash.

 

Wiplash (2014)

Director y guionista: Damian Chazelle
Protagonistas: Miles Teller, J.K.Simmons y Melissa Menoist
Producción: Sony Pictures Classics,  Bold Films, Blumhouse Productions y Right of Way Films
Fotografía: Sharone Meir
País: Estados unidos
Año: 2014
Duración: 106 minutos

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