Paterson o la oda a lo cotidiano

“El rigor de la belleza es la búsqueda. ¿Pero cómo encontrar la belleza cuando está encerrada en la mente pasada de todas las protestas?”

William Carlos Williams

Repasemos nuestra semana. O quizá mejor, repensemos nuestra rutina. ¿Qué hacemos al levantarnos? ¿Cuáles actividades realizamos día a día? ¿Qué hay inmerso en cada jornada que pasa, en cada resquicio de la memoria del día anterior? Soportamos y creamos diferentes sentidos a cada momento.

Con esta idea general Jim Jarmusch nos presenta su más reciente trabajo Paterson (2016), largometraje que mantiene el estilo narrativo y cinematográfico apreciado en Coffee and Cigarettes (2003) y Sólo los amantes sobreviven (2013). El filme plasma la rutina de Paterson, un conductor de autobús y poeta de ocasión, cuya inspiración se encuentra en los elementos que componen su visión diaria: una caja de cerillos, el fondo de un tarro de cerveza, su reloj y un continuo etcétera que surge de cada recorrido por las calles de Paterson. A partir de ello, el protagonista reconstruye cada uno de sus recorridos en los diferentes espacios de los que es parte, en sus acciones y en la cotidianidad de su entorno para recurrir a la página en blanco con una catarsis de liberación y descubrimiento.

La película presenta una fotografía basada, en su mayoría, en planos americanos y generales, los cuales se intercalan a lo largo de la obra para enmarcar los momentos de introspección del protagonista y cómo el espacio influye en él, así como la declamación de sus textos que se presentan como elementos sobrepuestos para seguir la lectura de su poema apoyados de una voz en off declamativa y una composición que servirá de leiv motiv para los momentos en los que Paterson se descubre frente a su obra.

Jarmusch crea una obra cargada de significado que se entrelaza con elementos muy notorios como el nombre del protagonista, la ciudad homónima y el poema épico de William Carlos Williams, no por nada su poeta favorito. Ante nosotros se devela una realidad envolvente que sólo Paterson (personaje) es capaz de asimilar y reflexionar para nosotros, espectadores de una rutina semanal en apariencia tediosa, pero que enmarca la conformación de toda una poética y la contemplación de la belleza de un solo ritmo. A través de los recorridos diarios, Paterson no sólo se hace testigo de su entorno sino que se recorre a sí mismo en un ejercicio de autodescubrimiento que se manifiesta en la hoja en blanco, en el quehacer poético, en la catarsis de la palabra escrita.

Paterson termina por encontrarse frente a sí mismo en cada una de las acciones y objetos que se repiten en un ciclo que conforma su propia fuente inagotable de temas e inspiración para su obra, la cual enaltece la aliteración del lugar común y su cotidianidad reflejada en refugios de los que sólo él es testigo para apreciar su belleza.

Paterson es una obra con un ritmo narrativo monótono que brinda una lectura diferente sobre cómo la rutina puede conformar nuestra búsqueda constante del autoconocimiento para finalmente ofrecernos la posibilidad de encontrar nuestra propia poética a partir de la hoja en blanco.

Paterson (2016)
Director: Jim Jarmusch
Guión: Jim Jarmusch
Fotografía: Frederick Elmes
Productora: K5 International
País: Estados Unidos, Francia, Alemania
Duración: 118 minutos

 

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