El impresionista viaje de van Gogh

Cuando una obra de arte logra establecer un diálogo con su espectador se descubre una serie de elementos que exponen al artista y su contexto. Este diálogo es uno de los factores importantes para determinar si un artista y su obra trascienden su propia época y se convierten en íconos, no sólo por su calidad y técnica, sino también por su idea y fin del arte.

Cartas de van Gogh (Loving Vincent) nos hace testigos de este hecho a través de la vida de Vincent van Gogh, uno de los pintores más representativos en la historia del arte. El largometraje dirigido por la artista visual Dorota Kobiela está basado en las cartas que Vincent escribía a su hermano Theo quien fuera su mecenas y principal apoyo durante los momentos más difíciles de su vida. Dichas cartas fueron recopiladas por la viuda de Theo van Gogh y tituladas Cartas desde la locura con la intención de dar un testigo sobre la evolución y sensibilidad de Vincent. 

El filme muestra la travesía de Armand, hijo del cartero encargado de la correspondencia de van Gogh, quien, por encargo de su padre, recibe la tarea de entregar la última carta de Vincent dirigida a su hermano Theo, lo cual lo lleva a descubrir el impacto que Vincent generaba en las personas que lo rodearon en sus últimos días. En cada trayecto de su recorrido, Armand se entera de más detalles que ayudan a esclarecer la muerte de van Gogh a partir de los testimonios de su doctor, el vendedor de pinturas y la hija del casero que recibió a Vincent semanas antes de su muerte, para darse cuenta de la verdadera sensibilidad y propósito del trabajo de van Gogh.

Visualmente la película resulta un viaje de colores y texturas con la intención de resaltar la técnica postimpresionista del artista. Su realización constó de 65 mil pinturas al óleo a cargo de 125 pintores, lo que deja en claro la titánica tarea de su animación, además de que cada cuadro y tomas de ubicación respetan el uso de la perspectiva y los planos que dejan en claro el dominio y conocimiento de los involucrados sobre la obra del artista holandés. 

Gracias a la plasticidad de la obra, el ritmo narrativo va acompañado de una alternancia de matices cálidos y fríos que denotan el sentimiento que los personajes experimentan al recordar a Vincent, lo cual establece una empatía entre el espectador y el artista. 

Conforme avanza el filme, la melancolía y sentir de Vincent se vuelven los ejes de la historia hasta llegar al punto en que la intención de su pintura se ve reflejada a cuadro para hacernos testigos de la fuerza de su visión de mundo y la violencia de sus trazos.

Cartas de van Gogh es un gran recorrido a través de la obra, el corazón y la pasión de un artista que lo entregó todo por su arte; es un vestigio de cómo la melancolía puede apoderarse de cualquiera para recorrer el incierto camino entre lo sublime y el fondo de nosotros mismos; es, quizá, la prueba más ambiciosa de que el arte lo puede todo. 

Cartas a van Gogh (Loving Vincent)
Director: Dorota Kobiela y Hugh Welchman
Fotografía: Tristan Oliver
Guión: Dorota Kobiela, Hugh Welchman y Jacek Denhel
Productor: Hugh Welchman
Casa productora: BreakThru Productions y Trademark Films
País: Polonia e Inglaterra
95 minutos

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