El refrán, la sabiduría del mexicano

El mexicano se caracteriza por su habilidad al utilizar la lengua, pues los juegos de palabras que crea como el albur, o modifica, como las adivinanzas, son no sólo ingeniosos, sino también divertidos y jacarandosos. Sin embargo, es el refrán el que nos acerca más a la idiosincrasia de este ser tan estereotípico del mexicano sabio y siempre alegre.

Muchos podríamos pensar que el refrán ha muerto, pero no es así, de una u otra forma, estos “adagios vulgares” han pasado de generación en generación con o sin modificaciones, desde los tiempos de Lope de Vega y Sor Juana Inés de la Cruz. Los abuelos han sido esa maravillosa ayuda en las tareas escolares para completar el tan sonado “Camarón que se duerme se lo lleva la corriente”.

El refrán es, según la vieja confiable RAE, un “Dicho agudo y sentencioso de uso común.” Y para no quedarnos con la duda, la Academia Mexicana de la Lengua dice que es “Dicho breve de uso extendido; proverbio”. Ambas definiciones son un poco técnicas y no tienen el suficiente feeling para expresar lo que significa el refrán en la cultura general, así que recurriremos a la metalingüística del refrán, la rama de la lingüística que utiliza la lengua para referirse a ella misma, para explicar que “Los refranes son los arcaduces de las verdades”.

Como técnicamente se ha explicado, el refrán es una sentencia que nos aconseja o simplemente describe las circunstancias de la vida cotidiana de una forma sabia y, en muchas ocasiones, divertida; siguiendo el Refranero mexicano de Herón Pérez Martínez, nos acercaremos a la sabiduría mexicana.

La construcción de los refranes, la mayoría de las veces, se da por metáfora o símil, esas figuras retóricas que nos permiten pasar de un plano literal (denotación) al doble sentido (connotación), Según Pérez Martínez, descubramos estas joyas de la lengua.

El tópico amoroso es, sin duda, el concepto universal por excelencia, sin embargo, la concepción del mexicano depende del contexto, pongamos el ejemplo: “el amor de los pobres es como el espinazo de puerco: pelado, pero muy sabroso”. Como bien lo anota el autor, el sentido de la palabra “pelado”, para el mexicano no quiere decir limpio de pelo o de cáscara, sino que es “sucio” en el sentido de “vulgar”, pero muy sabroso. Este tipo de expresiones siempre son escuchadas en los pintorescos barrios mexicanos, pues, como se señala, esta sabrosura sólo los “pobres” la conocemos.

Un estereotipo del mexicano es el del ranchero mujeriego y bebedor que suele andar a caballo, por lo que dentro del refranero podremos encontrar muchos dichos que atañen tanto a la mujer como a los caballos: “al caballo, con la rienda, a la mujer, con la espuela”. El domino del ranchero se da a partir de sus habilidades tanto con el caballo como con las mujeres y, sin tener que explicar mucho la postura, un tanto ofensiva como lo señala el autor. Es un secreto a voces que, en aquellas bellas tardes del siglo pasado (y aún en las de ahora), al hombre mexicano le importaba destacarse por su virilidad.  

Ya entrados en el barrio “a la gorra, ni quien le corraes lo que suena en las fiestas o en la cotidianidad, pues para el mexicano la palabra “gorra” tiene un significado distinto en este contexto, quiere decir que es “gratis”, libre de cualquier compromiso y que, además, no se le puede buscar un defecto porque es regalado y pa’ compartidos, sólo nosotros.

La gastronomía mexicana es variada tanto como los refranes sobre ella. El chile es el distintivo mexicano por excelencia: “si no le pusiste chile, no pretendas que te sepa” en este sentido expresa la decepción al encontrar los resultados esperados, así como cuando la salsita de nuestro taquero de confianza no pica como lo esperábamos.

Finalmente, la religión es parte fundamental en la construcción de la idiosincrasia del mexicano, es por ello que hay suficientes dichos populares al respecto: “santo que no es visto, no es adorado” este es un clásico dentro de la cotidianidad mexicana, el cual quiere decir que si no estás presente nadie verá por tus intereses.

Podría pensarse que el refrán ha quedado en el olvido, sin embargo, algunos estudios en campo demuestran lo contrario, pues aunque la generalidad hace diversas versiones, el significado es el mismo. ¿Qué otros refranes divertidos conoces? 

Para encontrar más refranes y conocer más sobre el uso de la lengua en México puedes visitar el sitio de la Academia Mexicana de la Lengua.

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