El amor es el tema más tratado a lo largo de la historia, es por ello que en cada época tiene una visión distinta. La preguntan es por qué. A ciencia cierta no podemos asegurarlo, pero en cada tiempo y lugar se compartieron algunos rasgos ya sea por la ideología, el arte o simplemente la forma de vida.

El concepto de lo que hoy entendemos por amor se fue fraguando desde la Edad Media con el denominado Amor Cortés, el cual toma como base la estructura social que tenían (feudalismo), es decir, en lugar de tener un señor feudal es la dama,  con quien se lleva una especie de vasallaje  y  este amor es el medio para llegar a la divinidad.

Deseando ver a vos,
gentil señora,
non he reposo, pardiós,
punto ni ora.

1

Deseando aquel buen día
que vos vea,
el contrario de alegría
me guerrea.

Del todo muero por vos,
e non mejora
mi mal, jurovos a Dios,
mas empeora.

2

Bien digo a mi coraçón
que non se quexe,
mas sirva toda saçón,
e non se dexe
de amar e servir a vos,
a quien adora;
pues recuérdevos, pardiós,
piedat agora.

(“Canción” Marqués de Santillana. Este texto se encuentra en español antiguo)

Posteriormente, tenemos el neoplatonismo, donde la mujer es una especie de divinidad en sí misma pues ayuda al hombre mejorar en cuanto al espíritu. Llegan los  Siglos de Oro en España y la cuestión del amor va más allá de la muerte, donde hay una reivindicación de la mujer.

Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjera;

Mas no de esotra parte en la ribera
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.

Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,
Venas, que humor a tanto fuego han dado,
Médulas, que han gloriosamente ardido,

Su cuerpo dejará, no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.

(“Amor constante más allá de la muerte”, Quevedo)

Con el romanticismo llega la cuestión de la idealización, pero también algunas interpretaciones sobre  el amor como una especie de inspiración para realizar arte. Ejemplo de esto es también Dorian Gray.  Sin embargo, el realismo cambia un poco la visión.

Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres…
¡esas… no volverán!.

Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.

Pero aquellas, cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día…
¡esas… no volverán!

Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.

Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido…; desengáñate,
¡así… no te querrán!

(Rima LIII, Bécquer)

Cuando llegamos al siglo XX tenemos mucho de donde tomar, pues están las vanguardias, movimientos mundiales importantes y demasiados escritores que experimentan con las formas y los contenidos. Tenemos desde  Rubén Darío hasta Neruda.

Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos

mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible

mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos

mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos

mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.

(“Táctica y estrategia”, Benedetti)

Esto es hasta el siglo XX, pero ¿cómo será el amor en nuestros días? ¿Qué comparte de las otras épocas y qué hay de nuevo? Este breve recorrido por el concepto de amor nos acerca al concepto y a las formas en las que se expresa, sin embargo, un poeta no crea por sí solo una idea tan amplia,  razón por la cual, al leer los diversos textos, encontraremos similitudes y diferencias marcadas.

Norma Aguilera

Escribiente que preferiría no hacerlo, lectora de lo ajeno y fanática de Bolaño.